La Reserva Federal se enfrenta a un verdadero dilema en este momento. Sus debates internos están volviéndose más ruidosos, mucho más ruidosos de lo habitual. Un grupo está preocupado por la inflación que simplemente no se detiene, mientras que el otro está observando cómo el mercado laboral se enfría más rápido de lo esperado. Es como intentar conducir con un pie en el gas y el otro en el freno. A los mercados no les gusta la incertidumbre, ¿y esta lucha de poder en el banco central? Receta clásica para la volatilidad que se avecina.