Cuando la emisión de tokens se convierte en una línea de producción, hay quien está pagando salarios a los desarrolladores de Bitcoin

Autor: Cathy

Producción: Blockchain en Lengua Clara

Hace unos días, el equipo de investigación y consultoría del ecosistema Bitcoin 1A1z publicó un reportaje profundo sobre los constructores de Bitcoin Core.

El artículo parece solo una entrevista común con desarrolladores, pero revela una capa de realidad en la industria de las criptomonedas que suele pasar desapercibida: hay un grupo de personas alejadas del centro de atención, que no hablan de narrativa ni hacen marketing, y que mantienen a largo plazo la infraestructura más básica y crucial del sector.

En la lista de patrocinadores que apoyan a Bitcoin Core, el nombre de OKX no ocupa un lugar destacado. Precisamente por su discreción, muchas personas se dieron cuenta por primera vez: en esta industria, todavía hay grandes plataformas que invierten recursos en “desarrollo público”, algo que a corto plazo puede parecer sin retorno, pero que a largo plazo define la dirección del sector.

Tras la publicación del artículo, la cuenta OKX Star compartió y citó un fragmento del equipo interno: “Desde los primeros días, hemos insistido en contribuir con una pequeña parte al desarrollo de la capa base de Bitcoin. Durante más de diez años, nunca hemos hecho marketing ni promoción, porque confiamos firmemente en el futuro de la blockchain.”

No es raro escuchar expresiones similares en la industria. Pero cuando esa frase se enmarca en un contexto como Bitcoin Core, su significado cambia: no es solo un lema de marketing, sino una elección de valor: ¿estás dispuesto a invertir tiempo, recursos y paciencia en lugares donde nadie te presta atención?

01, quienes pagan el salario al “sistema operativo” de Bitcoin

Para entender la importancia de esto, primero hay que volver a una pregunta clave: ¿Qué es exactamente Bitcoin Core?

En pocas palabras, Bitcoin Core es el “sistema operativo” de Bitcoin. Es el software que hace funcionar los nodos completos, el ejecutor de las reglas de toda la red, el validador de transacciones, y la base para mantener la seguridad, la coherencia de la red y la resistencia a la censura.

Los indicadores que todos los días se mencionan, como el precio de BTC, el tamaño de los bloques, las confirmaciones de transacción o la estabilidad de la red, dependen todos del correcto funcionamiento de este código.

Y lo más importante: desde su creación, Bitcoin Core no es un proyecto comercial. No tiene CEO, ni KPIs, ni modelo de ganancias, ni “periodo de retorno de inversión”. Se mantiene gracias a las contribuciones de voluntarios alrededor del mundo y al apoyo a largo plazo de patrocinadores externos.

Algunos desarrolladores se enfocan en optimizar el rendimiento de la red, otros en verificar reglas y seguridad, algunos en mejorar la privacidad y la experiencia del usuario, y hay quienes hacen trabajos que los usuarios normales nunca verán, pero que son esenciales para toda la ecología.

Precisamente porque Bitcoin Core no genera beneficios ni tiene respaldo de ninguna empresa, necesita financiamiento externo. El informe de 1A1z muestra que los patrocinadores que apoyan a Bitcoin Core incluyen fundaciones, instituciones de investigación, empresas de infraestructura y algunas pocas exchanges. La mayor parte del dinero se destina a optimizar el rendimiento de los nodos, investigar seguridad, sincronización de la red, mejoras en privacidad, revisiones de código, entre otros.

Se puede decir que, sin estos apoyos continuos, sería muy difícil que Bitcoin Core mantenga un desarrollo estable en más de una década.

El informe identifica 13 principales organizaciones patrocinadoras: Blockstream, Chaincode Labs, MIT, Spiral (antes Square Crypto), OKX, Fundación de Derechos Humanos, Brink, Btrust, OpenSats, Vinteum, Maelstrom, B4OS y 2140.

Imagen: Principales organizaciones patrocinadoras de Bitcoin Core, fuente: 1A1z

Para entrar en esta lista principal, los criterios son claros: a largo plazo, estable, discreto.

Por eso, aunque en el pasado Coinbase, Kraken, Gemini y otros exchanges hayan tenido programas de financiación para desarrolladores, no están en la lista de patrocinadores principales — el informe señala que estos programas actualmente están inactivos, no son frecuentes o han dejado de centrarse en el desarrollo de Bitcoin. En cambio, OKX ha mantenido su plan de apoyo desde 2019 hasta hoy, siendo el único exchange entre las 13 principales organizaciones patrocinadoras.

Tomemos como ejemplo a Marco Falke, uno de los seis únicos mantenedores principales en todo el mundo con autoridad para aprobar o rechazar cambios en el código base de Bitcoin (renunció en febrero de 2023). Su trabajo consiste en revisar estrictamente cada propuesta de cambio en el código, para evitar que código malicioso o defectuoso ingrese en el protocolo de Bitcoin. Es un trabajo fundamental para la economía criptográfica global, pero no recibe remuneración alguna.

Desde 2019, OKX (y su predecesor Okcoin) ha proporcionado fondos a Falke, asegurando que pueda dedicar tiempo completo a esta tarea vital para la seguridad de la red. Además de Falke, OKX también ha financiado a otros desarrolladores de Bitcoin Core, como Amiti Uttarwar, al desarrollador de Lightning Antoine Riard, y a organizaciones sin ánimo de lucro como Brink y Vinteum.

Hasta la fecha, la financiación de OKX en estos proyectos ha alcanzado casi 2 millones de dólares. Y, en realidad, ya antes de 2019, Okcoin había establecido un programa de apoyo a desarrolladores de código abierto.

Cabe destacar que durante mucho tiempo esta inversión se mantuvo casi sin promoción pública. Solo tras la publicación del informe de 1A1z, muchas personas se dieron cuenta de que hay muchas organizaciones y empresas que apoyan silenciosamente la infraestructura de Bitcoin.

En esta industria, la mayoría de las empresas persiguen tendencias y crean narrativas. Pero estos patrocinadores optan por financiar aquello que “debe hacerse”, aunque nadie tenga obligación de hacerlo.

02, no solo la capa base, también la “última milla”

El apoyo a los protocolos de base es solo un aspecto. Más difícil de notar, pero igual de importante, son las infraestructuras fundamentales que parecen menos “glamurosas” pero que determinan si los usuarios pueden realmente utilizar la tecnología.

La barrera del usuario

Por ejemplo, OKX Wallet se ha convertido en el punto de entrada de muchas personas al mundo Web3. Soporta cientos de cadenas, múltiples modos de cuenta, autogestión y tecnología MPC, velocidad de integración ecológica, soporte para cadenas compatibles, etc. Todo esto puede parecer solo “detalles del producto”, pero en realidad conforman la “infraestructura básica del usuario”.

Para una industria que busca escalar a gran nivel, estos detalles son los que finalmente deciden si la última milla se completa o no.

Los usuarios comunes no se fijan en qué algoritmo de consenso usas, qué tan avanzadas son las tecnologías de Layer 2. Lo que quieren saber es: ¿puedo usarlo fácilmente? ¿Perderé fondos? ¿Cuánto cuesta?

El diseño de CeDeFi busca resolver estos problemas: combina las ventajas de las exchanges centralizadas y descentralizadas. Los usuarios pueden acceder a más de 100 pools de liquidez descentralizados sin abandonar la plataforma, y el sistema automáticamente busca los mejores precios. Lo más importante, no necesitan recordar frases mnemónicas (autenticación Passkey), ni usar puentes cross-chain (todo en la plataforma), resolviendo los dos mayores dolores de los usuarios de DeFi: pérdida de fondos y hackeos.

Estas funciones pueden parecer poco sexy, pero para la adopción masiva, son más importantes que la propia tecnología.

El largo plazo en el ecosistema de desarrolladores

Además de la infraestructura para usuarios, OKX ha estado promoviendo continuamente el ecosistema de desarrolladores, redes de prueba, infraestructura cross-chain, hackatones, colaboraciones de investigación y sistemas de auditoría.

Estas inversiones quizás no sean las que más llaman la atención en tendencia, pero son las que garantizan un desarrollo saludable del sector.

Los hackatones no generan usuarios directamente, las redes de prueba no producen volumen de transacciones, y los sistemas de auditoría no generan titulares. Pero sin estas bases, el ecosistema de desarrolladores no crecerá, las fallas de seguridad serán frecuentes y la confianza en la industria se verá erosionada.

En cierta forma, la fuerza que impulsa la industria cripto no está solo en los volúmenes de trading en los listados o en las narrativas semanales; también en las personas que escriben código, corren nodos, prueban protocolos y financian infraestructuras.

03, El valor del largo plazo

Las palabras “década de dedicación” pueden sonar a estrategia de marketing en el sector cripto, pero los números muestran que algunas cosas realmente están sucediendo.

Veamos cómo estará la industria en 2025:

  • La cantidad de tokens pasará de decenas de miles en 2021 a decenas de millones en 2025 (más de 50 millones)
  • Los ciclos de emisión de tokens se acortarán de dos años a 3-6 meses
  • El dinero realmente invertido en tecnología será menos del 20% del costo total, el resto se gastará en tarifas de listado, market makers, KOLs y promoción mediática (según la Guía de Presupuestos de Marketing ICODA DeFi)

En este entorno, decidir invertir recursos en protocolos de base, ecosistema de desarrolladores e infraestructura para usuarios — cosas que no generan retorno visible a corto plazo — será difícil, pero a largo plazo puede decidir la supervivencia.

Este tipo de inversión sostenida, al final, se traducirá en competitividad:

La eficiencia técnica genera ventajas en costos. Cuando tu sistema es rápido y barato, tienes espacio para ofrecer mejores precios a los usuarios. No es una guerra de precios, es un efecto de la tecnología.

La experiencia del usuario determina la adopción masiva. No recordar frases mnemónicas, no preocuparse por hackeos en cross-chain, que el sistema te busque automáticamente los mejores precios — estas soluciones abordan dolores reales. Si los detalles están bien hechos, los usuarios se quedarán.

La infraestructura determinará la capacidad futura. Cuando en 2030 el mercado RWA alcance realmente los 600 mil millones de dólares (según Boston Consulting Group), la infraestructura capaz de soportar esa circulación de activos será el recurso más escaso. Entonces, quienes hayan hecho los cambios con anticipación tendrán la mayor ventaja inicial.

Ese es el valor del largo plazo: sentar las bases mientras otros persiguen tendencias, y ya en la cima, construir edificios elevados.

04, Resumen

Las tendencias en la industria tienen ciclos, pero la construcción de Bitcoin no.

Las mareas del mercado pueden subir y bajar, pero la infraestructura básica requiere décadas para construirse y mantenerse. Quizá esa sea la tarea más difícil y, a la vez, más importante del sector.

Desde esa perspectiva, lo que hace que participantes como OKX sean dignos de atención no es solo la promoción, sino su decisión de hacer cosas que “el sector necesita que alguien haga” y “nadie tiene obligación de hacer”.

Los constructores no siempre necesitan aplausos, pero sí ser vistos.

Y el destino de la industria cripto dependerá en gran medida de esas decisiones invisibles.

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