Informe de State Street: ¡la asignación de activos digitales institucionales se duplicará al 16% para 2028!

El Banco State Street, junto con el Instituto de Investigación Económica de Oxford, encuestó a 300 inversionistas institucionales, revelando que la proporción de activos digitales en las instituciones aumentará del actual 7% al 16% para 2028, duplicándose. Las monedas estables y los activos tokenizados se están convirtiendo en la corriente principal, y el 52% de los encuestados predice que para 2030, entre el 10 y el 24% de las inversiones se realizarán a través de la cadena de bloques.

Datos impactantes de State Street Bank: la proporción de asignación de activos digitales institucionales se ha duplicado en tres años

(Fuente: State Street Bank)

El último informe de investigación sobre inversores institucionales publicado por State Street revela una tendencia que podría cambiar el panorama de la industria de gestión de activos. Según esta encuesta, realizada en colaboración con el Instituto de Investigación Económica de Oxford y que abarca a más de 300 inversores institucionales, los activos digitales representan actualmente aproximadamente el 7% de las carteras institucionales, y se espera que esta cifra aumente al 16% para 2028. Esto significa que, en solo tres años, la proporción de asignación de activos digitales por parte de las instituciones se duplicará, lo que muestra que la actitud de las instituciones financieras tradicionales hacia la Cadena de bloques y las criptomonedas está experimentando un cambio fundamental.

La importancia de este descubrimiento no debe subestimarse. State Street Bank es un proveedor de servicios financieros institucionales líder a nivel mundial, con aproximadamente 49 billones de dólares en activos custodiados o administrados hasta el 30 de junio de este año, y un total de activos bajo gestión de 5.1 billones de dólares, con servicios que abarcan más de 100 mercados. Cuando un gigante financiero que maneja activos astronómicos publica pronósticos sobre la proporción de activos digitales institucionales, esto no solo refleja las verdaderas intenciones de sus clientes, sino que también puede tener un efecto demostrativo en toda la industria.

Una trayectoria de crecimiento del 7% al 16% significa que habrá una gran afluencia de capital tradicional al ámbito de los activos digitales en los próximos tres años. Tomando como ejemplo los 5.1 billones de dólares en activos gestionados por State Street Bank, una asignación del 7% significa que aproximadamente 357 mil millones de dólares ya se han invertido en activos digitales, mientras que el objetivo del 16% implica que esta cifra crecerá a aproximadamente 816 mil millones de dólares, con un incremento de 459 mil millones de dólares. Este volumen de entrada de capital es suficiente para tener un impacto profundo en el mercado de criptomonedas y la industria de la Cadena de bloques.

Es importante señalar que la previsión de crecimiento de la proporción de activos digitales de esta institución no es un fenómeno aislado, sino que se basa en transformaciones que ya han ocurrido. La investigación muestra que casi todas las instituciones encuestadas han iniciado o están planeando desarrollar estrategias para utilizar tecnologías avanzadas y emergentes para automatizar procesos, eliminar puntos de fricción y mejorar la interoperabilidad de toda la operación empresarial. Esto indica que la aceptación de los activos digitales por parte de los inversores institucionales no es una reacción pasiva, sino que se basa en el reconocimiento del valor tecnológico y un pensamiento estratégico.

Análisis de la estructura de la proporción de asignación de activos digitales institucionales: las monedas estables y la tokenización lideran

Un análisis profundo de la estructura de proporción de asignación de activos digitales de instituciones revelada en el informe de State Street Bank muestra un fenómeno interesante: la preferencia de los inversionistas institucionales no está distribuida uniformemente entre todas las categorías de activos digitales, sino que presenta características estructurales claras. Actualmente, los campos más concentrados de tenencia institucional son el efectivo digital (moneda estable) y versiones tokenizadas de acciones cotizadas o ingresos fijos, los encuestados asignan aproximadamente un 1% de la cartera a cada activo, mientras que los administradores de activos mantienen una mayor exposición.

Las monedas estables se han convertido en una parte importante de la asignación de activos digitales de las instituciones, y hay una lógica clara detrás de esto. Las monedas estables ofrecen las ventajas técnicas de las criptomonedas (liquidación instantánea, accesibilidad global, transparencia) mientras evitan el riesgo de volatilidad de precios, lo que las convierte en una opción ideal para los inversores institucionales que necesitan previsibilidad y gestión de riesgos. Las instituciones pueden utilizar monedas estables para realizar pagos transfronterizos eficientes, liquidaciones y gestión de liquidez, sin tener que asumir el riesgo de precios de criptomonedas como Bitcoin o Ethereum.

Los activos tokenizados también son favorecidos por las instituciones, debido a que combinan la familiaridad de los activos financieros tradicionales con la eficiencia de la tecnología de cadena de bloques. Cuando los activos tradicionales como acciones, bonos o bienes raíces son tokenizados, pueden disfrutar de ventajas como el comercio 24/7, la fragmentación de la propiedad, menores costos de transacción y una mayor velocidad de liquidación. Para los inversionistas institucionales acostumbrados a las clases de activos tradicionales, los activos tokenizados ofrecen un camino de transición relativamente suave, permitiéndoles disfrutar de los beneficios de la tecnología de cadena de bloques mientras mantienen la lógica de inversión en activos familiares.

El informe destaca que los activos privados se consideran la clase de activos que se beneficiará primero de la tokenización. Este juicio tiene una profunda comprensión. Tradicionalmente, los activos privados como el capital privado, la deuda privada, los bienes raíces y la infraestructura enfrentan problemas de baja liquidez, altos umbrales de inversión y baja transparencia. La tokenización puede dividir estos activos en participaciones más pequeñas, reducir el umbral de inversión; comerciar en el mercado secundario, aumentando la liquidez; y aprovechar la transparencia de la cadena de bloques, mejorando el nivel de divulgación de información. Estas mejoras son extremadamente atractivas para los inversores institucionales que desean expandir su asignación de activos privados pero están limitados por las restricciones tradicionales.

Sin embargo, el informe también revela la actitud cautelosa de los inversores institucionales al aumentar la proporción de activos digitales institucionales. Aunque las monedas estables y los activos tokenizados ocupan la mayor parte de las tenencias actuales, cuando se les preguntó qué tipo de activo tuvo el mejor rendimiento, la respuesta apuntó a criptomonedas más volátiles. El 27% de los encuestados considera que Bitcoin es el activo con mejor rendimiento, seguido de Ethereum, con un 21%. Esta discrepancia entre la percepción y la asignación real refleja la lucha de las instituciones entre la búsqueda de rendimiento y el control del riesgo.

Visión 2030: 10-24% de la inversión se realizará a través de herramientas digitales

El informe de State Street no solo se centra en el objetivo de la proporción de activos digitales institucionales para 2028, sino que también extiende su visión hasta 2030, pintando un cuadro más lejano pero igualmente atractivo. Más de la mitad (52%) de las instituciones encuestadas prevén que para 2030, entre el 10% y el 24% de todas las inversiones se realizarán a través de herramientas digitales o tokenizadas. Aunque esta predicción tiene un rango amplio, incluso tomando su límite inferior, significa que la digitalización se convertirá en una parte importante de las actividades de inversión institucional.

Este intervalo del 10 al 24% merece un análisis profundo. Si se alcanza este límite del 24%, significará que para el 2030, casi una cuarta parte de las inversiones institucionales se realizarán de forma digital, lo que representará un punto de inflexión histórico para la industria financiera. Teniendo en cuenta que la gestión de activos institucionales a nivel global asciende a decenas de billones de dólares, un 24% de digitalización representa billones de dólares en activos que funcionarán en la cadena de bloques. Esta transformación a gran escala impulsará la modernización de toda la infraestructura financiera, desde los sistemas de negociación, los servicios de custodia hasta el marco regulatorio, que deberán adaptarse al nuevo entorno tecnológico.

Sin embargo, el informe también muestra que los inversores institucionales son muy cautelosos respecto al futuro de las inversiones completamente en cadena. Solo el 1% de los encuestados espera que la mayoría de las inversiones se realicen completamente en la cadena. Este porcentaje extremadamente bajo revela un hecho importante: a pesar de que los inversores institucionales están adoptando activos digitales y tecnología de cadena de bloques, tienen reservas sobre la visión de una descentralización total. La mayoría de las instituciones parecen inclinarse más hacia un modelo híbrido, que aprovecha las ventajas tecnológicas de la cadena de bloques mientras conserva ciertas características del sistema financiero tradicional (como la custodia centralizada, el cumplimiento regulatorio y los derechos legales de recuperación).

Esta actitud cautelosa se confirma aún más en otro dato. Casi la mitad de los encuestados (43%) espera que la inversión en negocios financieros mixtos y tradicionales se convierta en la corriente principal en cinco años, un aumento significativo respecto al 11% del año pasado. Este crecimiento refleja la evolución del pensamiento de los inversores institucionales: de estar en la expectativa o cuestionando hace un año, a que cada vez más personas creen que el modelo híbrido es el camino más viable. Este modelo híbrido permitirá a las instituciones disfrutar de la eficiencia de la Cadena de bloques mientras mantienen la conexión y dependencia del sistema financiero tradicional.

Lo que es aún más intrigante es que el 14% de los encuestados afirma que no cree que los sistemas de inversión digital reemplacen completamente el comercio y la custodia tradicionales, una cifra que ha aumentado drásticamente del 3% en 2024. Este cambio parece contradecir la tendencia general de aumento en la asignación de activos digitales por parte de instituciones, pero en realidad refleja una mayor comprensión de este campo por parte de los inversores institucionales. A medida que más instituciones participan activamente en la inversión en activos digitales, comienzan a darse cuenta de los desafíos reales que enfrenta la descentralización completa, incluidos la incertidumbre regulatoria, los riesgos tecnológicos, las limitaciones de liquidez y la complejidad operativa. Por lo tanto, aunque aumentan su asignación a activos digitales, se vuelven más realistas y cautelosos sobre la posibilidad de reemplazar completamente los sistemas tradicionales.

Cadena de bloques e inteligencia artificial: los dos motores de la transformación digital institucional

(Fuente: State Street Bank)

Otro hallazgo importante en el informe de State Street Bank es que los inversionistas institucionales no solo ven los activos digitales como un objetivo de inversión, sino que también consideran la Cadena de bloques y la inteligencia artificial como tecnologías clave para impulsar la transformación digital en general. El 29% de los encuestados indicó que la Cadena de bloques es una parte indispensable de su plan de transformación, y muchas instituciones ya han ampliado la aplicación de la Cadena de bloques a áreas fuera de las operaciones de inversión.

La aplicación de la cadena de bloques en el ámbito no inversor es impresionante. El 61% de las instituciones encuestadas utilizan la cadena de bloques para la gestión del flujo de efectivo, lo que indica que el valor de la tecnología de libro mayor descentralizado en la mejora de la eficiencia de los pagos, la reducción de los costos de las transferencias transfronterizas y el aumento de la transparencia en el flujo de fondos ha sido ampliamente reconocido. El 60% de las instituciones aplican la cadena de bloques a los procesos de datos comerciales, aprovechando sus características inmutables y rastreables para mejorar la integridad de los datos y la eficiencia de las auditorías. Incluso el 31% de las instituciones utilizan la cadena de bloques para funciones legales o de cumplimiento, lo que tradicionalmente se considera el ámbito más conservador y cauteloso.

Los efectos sinérgicos de la inteligencia artificial y la Cadena de bloques también comienzan a manifestarse. Aproximadamente la mitad (45%) de los encuestados está de acuerdo en que los últimos avances en inteligencia artificial generativa acelerarán el desarrollo de activos digitales, ya que las herramientas de GenAI pueden crear contratos inteligentes, Cadena de bloques y Tokens de manera más rápida, segura y económica. Este punto de vista revela una tendencia importante: la fusión tecnológica está creando nuevas posibilidades. La IA puede automatizar la redacción y auditoría de contratos inteligentes, reducir los costos de desarrollo y los riesgos de seguridad; puede optimizar la eficiencia operativa de las redes de Cadena de bloques; puede proporcionar análisis de inversión más inteligentes y herramientas de gestión de riesgos.

Esta fusión tecnológica actúa como un catalizador para el crecimiento de la proporción de asignación de activos digitales institucionales. A medida que las herramientas de IA reducen la barrera técnica para participar en el ecosistema de la cadena de bloques, más instituciones podrán desarrollar y desplegar soluciones de activos digitales. Al mismo tiempo, las capacidades de análisis mejoradas y gestión de riesgos proporcionadas por la IA también brindan a las instituciones mayor confianza al aumentar su asignación de activos digitales. Se puede prever que, en los próximos años, el impulso dual de la IA y la cadena de bloques se convertirá en una fuerza importante para impulsar la proporción de asignación de activos digitales institucionales del 7% al 16% e incluso más.

Las instituciones ven la cadena de bloques y la IA como "una base complementaria para una estrategia de transformación digital más amplia", lo cual es un posicionamiento digno de mención. Esto significa que la inversión en activos digitales no es una decisión de asignación de activos aislada, sino parte de una estrategia de digitalización integral. A medida que las instituciones actualizan su infraestructura tecnológica, optimizan sus procesos comerciales y rediseñan la experiencia del cliente, la inversión en activos digitales se convierte en una extensión natural de esta transformación. Esta perspectiva integral puede hacer que el crecimiento del porcentaje de asignación de activos digitales de las instituciones sea más sostenible y sólido, ya que se basa en una profunda transformación organizativa y en la construcción de capacidades tecnológicas, en lugar de ser simplemente especulativa o una moda.

El futuro de DeFi y TradFi: fusión en lugar de reemplazo

El informe de State Street revela la visión más sutil pero quizás más importante sobre la relación entre las finanzas descentralizadas (DeFi) y las finanzas tradicionales (TradFi) desde la perspectiva de los inversores institucionales. A pesar de que la proporción de activos digitales institucionales sigue aumentando, la mayoría de los encuestados no cree que DeFi reemplace por completo al sistema financiero tradicional, sino que anticipan que ambos coexistirán a largo plazo y se fusionarán gradualmente.

Esta visión de fusión se refleja en múltiples niveles. Primero, en el nivel de infraestructura, se espera que surjan plataformas híbridas que puedan conectar sin problemas los activos en cadena y fuera de cadena. Estas plataformas permitirán a los inversores gestionar valores tradicionales y activos tokenizados en una única interfaz, pudiendo convertir entre ambas formas cuando sea necesario. En segundo lugar, en el nivel regulatorio, con la aparición de regulaciones como la Ley GENIUS, habrá cada vez más productos de activos digitales regulados, difuminando las fronteras entre DeFi y TradFi.

El tercero es el nivel del producto, ya hemos visto la aparición de productos híbridos, como las monedas estables reguladas, los valores tradicionales tokenizados y los productos ETF que conectan con protocolos DeFi. Estos productos disfrutan de las ventajas tecnológicas de la cadena de bloques y cumplen con los requisitos regulatorios y estándares de gestión de riesgos de las finanzas tradicionales. El cuarto es el nivel organizativo, cada vez más instituciones financieras tradicionales están estableciendo departamentos de activos digitales o estableciendo asociaciones con empresas de blockchain, mientras que las empresas nativas de criptomonedas también están buscando licencias de finanzas tradicionales y colaboraciones con bancos.

Esta tendencia de fusión es crucial para entender la dirección futura de la proporción de asignación de activos digitales por parte de las instituciones. El 16% de este objetivo para 2028 no es una victoria de DeFi sobre TradFi, sino un signo de una mayor profundidad en la fusión de ambos. Los inversores institucionales buscan una combinación óptima: la eficiencia, transparencia e innovación de la cadena de bloques, junto con la regulación y cumplimiento, gestión de riesgos y certeza legal de las finanzas tradicionales. Solo cuando esta fusión alcance un nivel de madurez suficiente, las instituciones se sentirán seguras para aumentar significativamente su asignación de activos digitales.

Desde esta perspectiva, aquellos proyectos de DeFi puramente pueden necesitar ajustar su estrategia. Si el capital institucional es la principal fuente de crecimiento futuro, y lo que necesitan las instituciones son productos regulados, auditables y con derechos de acción legal, entonces enfatizar en exceso la descentralización y la resistencia a la censura podría limitar la capacidad de estos proyectos para obtener capital institucional. Por el contrario, aquellos proyectos que puedan encontrar un equilibrio entre los ideales de descentralización y la realidad de la regulación, podrían convertirse en los principales beneficiarios del aumento en la proporción de asignación de activos digitales institucionales.

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