
Una identidad DID es una identidad digital autogestionada que utiliza un Identificador Descentralizado (DID) en lugar de una cuenta asignada por una plataforma. Es, en esencia, “tu propio número”, no una cuenta emitida por un servicio centralizado: resulta portátil entre aplicaciones y está protegida por tu clave privada.
Un DID es una cadena estandarizada, normalmente con el formato “did:método:identificador”. Los validadores resuelven este identificador para obtener tu clave pública y la información de servicio, lo que les permite verificar la autenticidad de tus firmas. Los DID se asocian a Verifiable Credentials (VC, Credenciales Verificables): pruebas digitales firmadas, como títulos académicos, residencia o estado KYC. Estas credenciales pueden ser verificadas de forma independiente por terceros sin exponer tus datos originales.
La identidad DID resuelve los problemas de dependencia de plataformas y las brechas de privacidad, devolviendo la propiedad de la identidad de las plataformas centralizadas a los individuos. Ya no dependes de un sistema de cuentas único: tu identidad es portátil y reutilizable en diferentes servicios.
Para los usuarios, la identidad DID aporta tres ventajas principales:
En la práctica, esto te permite iniciar sesión en monederos o portales compatibles mediante firmas criptográficas, evitando registros y contraseñas repetidas. Por ejemplo, al conectar tu monedero en el portal Web3 de Gate, tu identidad DID puede servir como credencial de acceso, lo que reduce la dependencia de contraseñas y mitiga los riesgos del almacenamiento centralizado de datos.
La identidad DID se basa en criptografía de clave pública y protocolos de resolución. Cada cadena DID especifica un “método”, que determina cómo se resuelve: registros en blockchain, almacenamiento descentralizado u otras redes distribuidas. El resultado es un “Documento DID” que contiene tus claves públicas, los algoritmos criptográficos soportados y, opcionalmente, endpoints de servicio.
Considera el Documento DID como tu “tarjeta de visita pública”: no contiene información privada, pero indica cómo otros pueden verificar tus firmas. El lugar donde se almacena depende del método DID: puede estar en una blockchain, en almacenamiento descentralizado o generarse mediante protocolos específicos.
Una Verifiable Credential (VC) es un certificado digital firmado por la clave privada de un emisor de confianza, similar a un documento sellado por una entidad. Los validadores utilizan la clave pública del emisor para confirmar la autenticidad de la credencial y verificar si ha sido revocada. En resumen, el DID prueba “quién eres” y la VC prueba “qué cualificaciones tienes”.
El funcionamiento de la identidad DID se compone de pasos claros, desde la creación hasta la verificación y revocación:
Las identidades DID se emplean habitualmente para inicio de sesión mediante firma de monedero, verificación de elegibilidad y votación en gobernanza. Un método común es el inicio de sesión con firma de Ethereum (conocido como SIWE—Sign-In With Ethereum), donde la plataforma te envía un reto que firmas con la clave privada de tu monedero; la verificación de la firma confirma que controlas esa dirección.
En airdrops o listas blancas, los proyectos pueden requerir que presentes una VC en vez de subir documentación sensible—por ejemplo, para demostrar que has completado controles de cumplimiento. En la gobernanza DAO, la combinación de DIDs y VCs permite sistemas como “una persona, un voto” frente al voto ponderado por tokens, reduciendo los ataques Sybil.
En el ecosistema Web3 de Gate, tras conectar tu monedero puedes establecer sesiones mediante firmas; los DIDs y VCs actúan como credenciales de acceso para actividades o marketplaces concretos—por ejemplo, verificando la propiedad de determinados NFT o la finalización de requisitos de compliance para obtener permisos de trading.
Las cuentas tradicionales dependen de nombres de usuario y contraseñas emitidos y gestionados por la plataforma. En cambio, las identidades DID están controladas por tus claves personales y se basan en firmas criptográficas en vez de la validación de la plataforma.
Los datos de las cuentas tradicionales están centralizados y son difíciles de migrar, lo que supone un alto riesgo si se ven comprometidos. Con los DID, la verificabilidad está separada del almacenamiento de datos: los validadores solo necesitan tu firma y credenciales válidas, no copias de tus datos originales.
Los métodos de recuperación también difieren: las cuentas tradicionales usan números de teléfono o correo electrónico para recuperarse, mientras que los DID requieren copias de seguridad seguras de las claves o estrategias de recuperación social. Así, los DID ofrecen mayor libertad, pero exigen más responsabilidad en la gestión de las claves.
El principal riesgo es la pérdida o filtración de tu clave privada. Si la pierdes, pierdes el control sobre tu identidad; si se filtra, los atacantes pueden suplantarte. Para mitigar este riesgo, utiliza monederos hardware con copias de seguridad cifradas y considera configuraciones multisig o mecanismos de recuperación social.
Para proteger la privacidad, el uso repetido del mismo DID puede permitir el rastreo de comportamientos. Puedes minimizar este riesgo empleando DIDs específicos por dominio o divulgación selectiva—presentando solo la información esencial cuando sea necesario.
La calidad de las credenciales depende de la reputación del emisor y de mecanismos sólidos de revocación. Verifica siempre la fuente de la clave pública del emisor y comprueba la validez de la credencial antes de aceptarla.
Desde el punto de vista del cumplimiento, sigue principios como la minimización de datos y la revocabilidad. Evita publicar datos personales en cadena; utiliza compromisos hash o pruebas de conocimiento cero para permitir la verificación sin revelar información sensible. En entornos financieros regulados, asegúrate de que el emisor cumple la normativa local.
Desde el punto de vista de los estándares, W3C designó DID Core como estándar recomendado en 2022 (fuente: W3C, 2022), lo que impulsa el desarrollo estable del ecosistema. Para 2025, más monederos y frameworks soportarán VC y divulgación selectiva—reduciendo las barreras de integración para aplicaciones.
Técnicamente, las pruebas de conocimiento cero y el cómputo orientado a la privacidad se están integrando en los DID, permitiendo verificar hechos sin exponer detalles. La resolución cross-chain y cross-domain será cada vez más fluida, haciendo que las identidades sean portátiles y verificables en múltiples redes.
En la capa de aplicación, exchanges, protocolos sociales y DAOs utilizarán cada vez más los DID para el control de acceso y la construcción de reputación. Los casos regulados preferirán modelos de verificación “basados en credenciales” para reducir la exposición de datos sensibles.
La identidad DID otorga a cada persona el control sobre su identidad y su verificabilidad: mediante documentos DID y firmas criptográficas puedes demostrar “quién eres”, mientras que las credenciales verificables representan de forma segura “para qué estás cualificado” en el entorno digital. Para empezar: selecciona el método adecuado, gestiona tus claves con cuidado, adquiere credenciales de confianza, utilízalas en escenarios reales y establece mecanismos sólidos de recuperación. De cara al futuro, observa la integración de monederos y herramientas en portales como el Web3 de Gate: adopta la divulgación selectiva y las pruebas de conocimiento cero para una gestión de identidad segura, conforme y práctica.
Aunque tanto las direcciones de monedero como los DID sirven como identificadores en Web3, tienen propósitos diferentes. Las direcciones de monedero se centran en la gestión de activos y las transacciones; los DID permiten autenticación personal multiplataforma capaz de contener historial académico, reputación, conexiones sociales, etc. Para una identidad unificada entre aplicaciones, gobernanza comunitaria o colaboración cross-chain, un DID aporta mayor comodidad.
La posibilidad de modificar un DID depende del método utilizado. La mayoría permite actualizar claves públicas asociadas o endpoints de servicio, pero el identificador en sí suele ser permanente e inmutable. Para desactivar un DID, puedes revocar su validez; sin embargo, cualquier registro en cadena permanece persistente. Elige cuidadosamente los proveedores para garantizar seguridad y disponibilidad a largo plazo antes de crear tu DID.
Las identidades DID están diseñadas para la privacidad: decides qué información (como títulos académicos) revelar, manteniendo en privado detalles como tu email. Fundamentalmente, las Verifiable Credentials te permiten demostrar hechos sin exponer datos originales (por ejemplo, demostrar la edad sin revelar la dirección). Sin embargo, evita reutilizar el mismo DID en varias aplicaciones para reducir riesgos de rastreo.
Los DID constituyen la base de la colaboración comunitaria en Web3. En plataformas sociales descentralizadas, puedes demostrar tu rol de creador y tu reputación con DID; en la gobernanza DAO, verifican el estatus de miembro, el peso de participación y el historial de voto, mitigando ataques Sybil (donde una persona controla varias cuentas). Exchanges como Gate también están integrando autenticación DID para que los usuarios establezcan perfiles de confianza on-chain y participen en el ecosistema.
Si pierdes la clave privada de tu DID, pierdes la propiedad y el control sobre esa identidad, sin un mecanismo tradicional de “recuperación de cuenta” en la mayoría de los DID basados en blockchain. Protege tus claves con monederos hardware, esquemas de recuperación multisig o recuperación social (donde contactos de confianza te ayudan a restaurar el acceso). Conserva siempre de forma segura las frases o archivos de respaldo al crear tu DID.


