Pronósticos del oro 2026.. ¿Esperamos niveles de 5000 dólares?

El oro se enfrenta a tarifas históricas… y el próximo año será decisivo

El mercado de los metales preciosos ha experimentado un movimiento frenético en el año actual, con el oro superando los 4300 dólares por onza a mediados de octubre, para luego retroceder hacia niveles de 4000 dólares a medida que se acerca noviembre. Esta volatilidad aguda plantea preguntas incómodas sobre la naturaleza del movimiento venidero: ¿Continuará la tendencia alcista hasta realmente alcanzar los 5000 dólares? ¿O estamos cerca de un pico natural que podría ser seguido por correcciones?

La respuesta radica en comprender los factores que impulsan este ascenso: una desaceleración económica prevista, un regreso gradual a políticas monetarias acomodaticias, temores por deudas soberanas crecientes y una debilidad persistente del dólar estadounidense. Todos estos elementos han convergido para convertir al oro en el refugio seguro principal para los inversores globales.

¿Por qué ha aumentado tanto la demanda de oro?

La inversión institucional lidera el movimiento

Los datos del Consejo Mundial del Oro nos cuentan una historia interesante: la demanda total de oro en el segundo trimestre de 2025 alcanzó las 1249 toneladas, un aumento del 3% anual, pero el valor en dólares saltó un 45% hasta los 132 mil millones de dólares. La diferencia entre cantidad y valor refleja un aumento agudo en los precios.

Los fondos cotizados en bolsa de oro absorbieron flujos masivos en 2025, elevando sus activos gestionados a 472 mil millones de dólares y las tenencias a 3838 toneladas, muy cerca del pico histórico de 3929 toneladas. Aproximadamente el 28% de los nuevos inversores en mercados desarrollados añadieron oro a sus carteras por primera vez, lo que indica un cambio estratégico real hacia los metales preciosos.

Los bancos centrales compran sin parar

El dato sorprendente aquí: el 44% de los bancos centrales mundiales gestionan ahora reservas en oro, frente al 37% hace solo un año. Solo China añadió más de 65 toneladas en la primera mitad de 2025, en su vigésimo segundo año consecutivo de compras. Turquía alcanzó reservas superiores a las 600 toneladas.

Estas cifras no son aleatorias, sino que reflejan un deseo genuino de las economías emergentes de diversificar sus reservas lejos del dólar estadounidense, que gradualmente pierde atractivo.

Oferta y demanda… una brecha cada vez mayor

La producción minera no ha seguido el ritmo de la demanda voraz. En el primer trimestre de 2025, la producción fue de solo 856 toneladas, un aumento del 1% anual. La situación empeora: la recuperación de oro reciclado cayó un 1%, ya que los poseedores de joyas y lingotes optaron por mantener sus activos esperando mayores subidas.

Los costos de extracción también han aumentado significativamente, con un costo medio de 1470 dólares por onza (el nivel más alto en una década), limitando cualquier intento de incrementar rápidamente la producción. La brecha entre oferta y demanda se amplía día a día, lo que respalda las posibilidades de que el oro supere las resistencias de precios actuales.

La Reserva Federal y las políticas monetarias… la clave real

La Reserva Federal de EE. UU. redujo las tasas en 25 puntos básicos en octubre, hasta un rango de 3.75-4.00%. Los mercados descuentan una reducción adicional de 25 puntos en diciembre. Las expectativas de BlackRock indican que la tasa podría llegar al 3.4% para finales de 2026 en un escenario moderado.

Esta caída continua en las tasas reduce el costo de oportunidad de invertir en oro (un activo que no genera intereses), lo que aumenta su atractivo. El Banco Central Europeo y el Banco de Japón siguen una política acomodaticia similar, creando un entorno global favorable para el oro.

Variables geopolíticas y deudas explosivas

Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, además de la inestabilidad en Oriente Medio, han impulsado la demanda en un 7% anual (según Reuters). Cuanto mayores sean los riesgos, mayor será el flujo de dinero hacia los refugios seguros.

El Fondo Monetario Internacional señaló que la deuda pública global superó el 100% del PIB, generando preocupaciones reales sobre la sostenibilidad fiscal. Los inversores consideran al oro como la única protección real contra la pérdida de poder adquisitivo.

El dólar y los rendimientos… una relación inversa que beneficia al oro

El índice del dólar ha caído aproximadamente un 7.64% desde principios de 2025, mientras que los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años han bajado del 4.6% al 4.07%. Esta doble caída refuerza significativamente el atractivo del oro.

Los analistas de Bank of America ven que la continuación de esta tendencia apoyará las expectativas alcistas del oro, especialmente con los rendimientos reales estables cerca del 1.2%, lo que podría situar al oro en un rango de crecimiento sostenible.

Pronósticos de los grandes bancos: ¿hacia dónde va el oro?

Escenarios optimistas

HSBC espera que el oro alcance los 5000 dólares en la primera mitad de 2026, con un promedio anual de 4600 dólares (frente a un promedio de 3455 dólares en 2025).

Bank of America también elevó su pronóstico a 5000 dólares como pico potencial, con un promedio de 4400 dólares, aunque advierte sobre correcciones a corto plazo para tomar ganancias.

Goldman Sachs ajustó su expectativa a 4900 dólares, confiando en que las entradas en fondos cotizados en oro continúen.

J.P. Morgan prevé que el oro llegue a 5055 dólares para mediados de 2026.

El rango más común entre los analistas oscila entre 4800 y 5000 dólares como pico, con un promedio entre 4200 y 4800 dólares.

Escenarios conservadores

HSBC advirtió que el impulso podría perder fuerza en la segunda mitad de 2026, con posibles correcciones hacia los 4200 dólares, aunque descartó caídas por debajo de 3800 dólares a menos que ocurra un gran shock económico.

Goldman Sachs señaló que mantenerse por encima de 4800 dólares pondría al mercado a prueba de “credibilidad de precios”, donde el oro debe demostrar que puede mantener estos niveles.

La imagen técnica: ¿qué dice el gráfico?

El precio del oro cerró en noviembre en 4065 dólares, tras alcanzar un máximo de 4381 dólares el 20 de octubre. Rompió la tendencia alcista a corto plazo, pero aún se mantiene aferrado a la línea de tendencia principal en el mediano plazo en torno a 4050 dólares.

El nivel de 4000 dólares es un soporte clave. Un cierre diario por debajo de ese nivel podría apuntar a los 3800 dólares (nivel de Fibonacci 50%), antes de retomar la tendencia alcista.

En cuanto a resistencias: 4200 dólares es la primera línea fuerte, seguida de 4400 y 4680. El índice de fuerza relativa se mantiene en 50, reflejando una tendencia neutral del mercado. El MACD indica una tendencia alcista continua.

Pronóstico técnico: rango de negociación lateral con inclinación alcista entre 4000 y 4220 dólares a corto plazo, con una perspectiva positiva mientras el precio se mantenga por encima de la línea de tendencia principal.

La región de Oriente Medio en la imagen

Los países del Golfo y la región muestran un aumento notable en la demanda de oro. En Egipto, las expectativas de precios indican que la onza podría llegar a aproximadamente 522,580 libras egipcias (un aumento del 158% respecto a los precios actuales).

En Arabia Saudita, si traducimos las expectativas globales (5000 dólares) usando un tipo de cambio fijo, podríamos ver precios cercanos a 18750-19000 riales saudíes por onza.

En Emiratos Árabes, la misma proyección daría un estimado de alrededor de 18375 a 19000 dirhams emiratíes.

Pero es importante recordar que estas previsiones asumen estabilidad en los tipos de cambio y una demanda global constante sin turbulencias económicas severas.

Conclusión: escenarios posibles para 2026

Si las rentabilidades reales continúan bajando y el dólar se mantiene débil, el oro es un fuerte candidato a registrar nuevos máximos históricos que podrían tocar los 5000 dólares o incluso superarlos.

Por otro lado, si la inflación se reduce y la confianza en los mercados financieros regresa, el oro podría entrar en una fase de estabilización a largo plazo que impida alcanzar niveles ambiciosos.

Lo que está claro: los bancos centrales seguirán comprando, los nuevos inversores quizás no retiren rápidamente, y los factores geopolíticos no desaparecerán. Esta combinación favorece la tendencia alcista, aunque con posibles correcciones profundas antes de alcanzar los objetivos finales.

El único certeza en 2026: el oro seguirá en el centro de las estrategias globales de cobertura, independientemente de los niveles de precio a los que llegue.

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