En el pasado, las discusiones sobre los agentes de IA se centraban en si podían "planificar" o "razonar". Sin embargo, en el último año, la situación ha cambiado notablemente. Ahora la pregunta es: ¿cómo podemos hacer que los agentes realmente resuelvan las cosas por sí mismos, en lugar de quedarse atascados esperando confirmaciones en cada paso?
El sistema bancario ya ha pilotado agentes de IA en operaciones reales, y los organismos reguladores también han comenzado a reconocer los riesgos que la «velocidad» y la «autonomía» pueden conllevar. Al mismo tiempo, las instituciones de pago han comenzado a utilizar las stablecoins como herramientas serias para la liquidación transfronteriza, habiendo superado la etapa de prueba. Cuando estas dos fuerzas chocan, los problemas quedan al descubierto: para que un agente realmente funcione, debe existir un método de pago que no sea torpe, que no reduzca la eficiencia y que se pueda controlar.
La mayoría de los proyectos tienen la estrategia de "añadir una capa de capacidad de intermediación" sobre los sistemas de pago existentes. Pero la lógica de KITE es al revés. Su juicio es muy claro: la pila de pagos tradicional no está diseñada en absoluto para la intermediación. En lugar de parchear, es mejor construir la "intermediación de pagos" desde cero como infraestructura.
KITE ha destacado tres contradicciones clave: la velocidad debe mantenerse al ritmo de las decisiones de la máquina, la seguridad no puede hacer que el cliente parezca demasiado imprudente, y la autonomía no debe ser sofocada por los procesos de aprobación. Estos tres puntos no pueden coexistir perfectamente, solo se puede encontrar un equilibrio en el conflicto: este es el verdadero desafío de ingeniería.
Decir "pagos más rápidos" hace que muchas personas piensen en la escena de pasar una tarjeta unos segundos más rápido. Pero los agentes han reescrito completamente la aritmética. No solo transfieren dinero de vez en cuando, sino que interactúan de manera frecuente y continua, en lotes y con unidades muy pequeñas. Esta lógica solo tiene sentido cuando el costo de liquidación es lo suficientemente bajo y el momento es lo suficientemente oportuno. La dirección de KITE apunta hacia aquí.
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En el pasado, las discusiones sobre los agentes de IA se centraban en si podían "planificar" o "razonar". Sin embargo, en el último año, la situación ha cambiado notablemente. Ahora la pregunta es: ¿cómo podemos hacer que los agentes realmente resuelvan las cosas por sí mismos, en lugar de quedarse atascados esperando confirmaciones en cada paso?
El sistema bancario ya ha pilotado agentes de IA en operaciones reales, y los organismos reguladores también han comenzado a reconocer los riesgos que la «velocidad» y la «autonomía» pueden conllevar. Al mismo tiempo, las instituciones de pago han comenzado a utilizar las stablecoins como herramientas serias para la liquidación transfronteriza, habiendo superado la etapa de prueba. Cuando estas dos fuerzas chocan, los problemas quedan al descubierto: para que un agente realmente funcione, debe existir un método de pago que no sea torpe, que no reduzca la eficiencia y que se pueda controlar.
La mayoría de los proyectos tienen la estrategia de "añadir una capa de capacidad de intermediación" sobre los sistemas de pago existentes. Pero la lógica de KITE es al revés. Su juicio es muy claro: la pila de pagos tradicional no está diseñada en absoluto para la intermediación. En lugar de parchear, es mejor construir la "intermediación de pagos" desde cero como infraestructura.
KITE ha destacado tres contradicciones clave: la velocidad debe mantenerse al ritmo de las decisiones de la máquina, la seguridad no puede hacer que el cliente parezca demasiado imprudente, y la autonomía no debe ser sofocada por los procesos de aprobación. Estos tres puntos no pueden coexistir perfectamente, solo se puede encontrar un equilibrio en el conflicto: este es el verdadero desafío de ingeniería.
Decir "pagos más rápidos" hace que muchas personas piensen en la escena de pasar una tarjeta unos segundos más rápido. Pero los agentes han reescrito completamente la aritmética. No solo transfieren dinero de vez en cuando, sino que interactúan de manera frecuente y continua, en lotes y con unidades muy pequeñas. Esta lógica solo tiene sentido cuando el costo de liquidación es lo suficientemente bajo y el momento es lo suficientemente oportuno. La dirección de KITE apunta hacia aquí.