Rusia enfrenta un desafío logístico significativo en el petróleo, ya que las reservas de crudo se acumulan en el mar. Aunque Moscú aún puede cargar petroleros con petróleo, el verdadero cuello de botella es llevar ese crudo a los mercados internacionales. Desde finales de agosto, la cantidad de petróleo flotando en petroleros ha aumentado en casi un 50%, señalando serias restricciones en la logística energética global.

Esta fricción del lado de la oferta en los mercados de petróleo añade otra capa a la incertidumbre macroeconómica en curso. La disponibilidad más restringida de crudo y los elevados costos de envío podrían repercutir en los precios de la energía, lo que históricamente influye en el sentimiento de los activos de riesgo más amplios, incluidos los mercados de criptomonedas. Vale la pena monitorear cómo evoluciona esta presión geopolítica sobre la energía.