Recientemente hay una dinámica financiera que vale la pena seguir: el Banco Central de Japón anunció el 19 de diciembre un aumento de la tasa de interés de 25 puntos base, elevando la tasa de política al 0.75%. No parece nada especial, pero hay un enorme riesgo detrás.

El problema es este: hay aproximadamente 9 billones de dólares en posiciones en el mercado que están respaldadas por financiamiento en yenes de bajo interés. Cuando las tasas de interés en Japón eran ridículamente bajas, muchos inversores tomaron prestado en yenes para invertir en otros activos de alto rendimiento, lo que se conoce como operaciones de carry trade en yenes. Ahora Japón está subiendo las tasas de interés, y la diferencia de tasas entre Japón y EE. UU. se está reduciendo, lo que hace que este juego comience a ser poco rentable.

¿Qué significa una vez que estas operaciones de arbitraje de tasas de interés comienzan a revertirse a gran escala? Este gran capital tendrá que ser retirado de varios mercados para cerrar posiciones, lo que ejercerá una presión a largo plazo sobre las condiciones financieras globales. No solo los mercados de acciones y bonos se verán afectados, sino que también se formará una presión continua sobre la liquidez global. El riesgo en el mercado de bonos japonés también aumentará.

Para el mercado de criptomonedas, la escasez de liquidez nunca es una buena noticia. Esta acción del Banco Central de Japón podría convertirse en un variable a largo plazo, que vale la pena seguir.