A principios de 2023, el ecosistema de Bitcoin ha generado un gran revuelo. Después de que el protocolo Ordinals se lanzara en enero, la gente comenzó a cuestionarse: dado que se pueden grabar NFTs en Bitcoin, ¿también se pueden emitir tokens ordinarios?
Esta idea fue implementada en marzo por un desarrollador apodado Domo. El estándar BRC-20 que diseñó permite a los usuarios emitir y transferir tokens homogéneos en la blockchain de Bitcoin a través del protocolo Ordinals. El primer proyecto en hacerlo se llama “ordi”, y luego varios tokens BRC-20 emergieron como un chorro, con muchas billeteras rápidamente añadiendo funciones de soporte.
Llegó mayo, y las cosas empezaron a salirse de control. Los tokens BRC-20 experimentaron un aumento de precios frenético y una enorme expansión de capitalización de mercado, y en un instante, la actividad en la cadena alcanzó niveles extremos. Pero esto también trajo efectos secundarios: las tarifas de transacción de la red Bitcoin se dispararon y el congestionamiento de la red se convirtió en la norma.
¿Cómo funciona realmente BRC-20?
Para entender BRC-20, primero hay que comprender Ordinals. Este protocolo puede numerar y marcar cada satoshi (la unidad más pequeña de Bitcoin). Los usuarios pueden agregar datos adicionales a los satoshis a través de “inscripciones” (Inscription), que incluyen información en formato JSON.
BRC-20 utiliza precisamente este mecanismo, empleando datos JSON para desplegar contratos de Token, emitir moneda y ejecutar transferencias. El proceso se divide en tres pasos: desplegar (deploy) para determinar la cantidad total de moneda, acuñar (mint) para activar la generación de Token, y transferir (transfer) para completar la transacción. En teoría suena simple, pero en la práctica es bastante complicado y las herramientas de soporte no son lo suficientemente variadas.
¿Por qué no se puede hacer como en Ethereum?
Si comparas con ERC-20, tendrás una mejor comprensión de las limitaciones de BRC-20. ERC-20 es el estándar de Token en Ethereum, que tuvo su concepto en 2015 y fue oficialmente reconocido en 2017. Se basa en contratos inteligentes, tiene funciones ricas y puede interconectarse con otros ecosistemas de protocolo, derivando diversas aplicaciones como préstamos e intercambios. Después de años de asentamiento, ERC-20 ya es muy maduro y estable.
En comparación, BRC-20 no cuenta con el soporte de contratos inteligentes, sus funciones son limitadas y su capacidad de interoperabilidad en el ecosistema es débil, esencialmente sigue siendo un prototipo. Aunque ambos nombres parecen hermanos gemelos, en realidad hay una gran diferencia.
¿Realmente valen la pena estos Tokens?
La verdad es que, actualmente, el valor práctico del BRC-20 es casi inexistente y su futuro también es incierto. Debido a que la barrera de entrada para la emisión es muy baja, muchos tokens BRC-20 pueden terminar convirtiéndose en monedas sin valor. Además, al estar aún en fase de prueba, pueden ocurrir diversos riesgos: fallos en el código, cambios en los estándares, falta de escenarios de aplicación…
Para aquellos que quieran participar, es imprescindible hacer la tarea y entender qué riesgos están asumiendo. No es una inversión tradicional, es una apuesta en un campo de pruebas que aún no ha madurado por completo.
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¿Por qué se ha popularizado BRC-20? Análisis breve de los experimentos con Tokens en Bitcoin.
A principios de 2023, el ecosistema de Bitcoin ha generado un gran revuelo. Después de que el protocolo Ordinals se lanzara en enero, la gente comenzó a cuestionarse: dado que se pueden grabar NFTs en Bitcoin, ¿también se pueden emitir tokens ordinarios?
Esta idea fue implementada en marzo por un desarrollador apodado Domo. El estándar BRC-20 que diseñó permite a los usuarios emitir y transferir tokens homogéneos en la blockchain de Bitcoin a través del protocolo Ordinals. El primer proyecto en hacerlo se llama “ordi”, y luego varios tokens BRC-20 emergieron como un chorro, con muchas billeteras rápidamente añadiendo funciones de soporte.
Llegó mayo, y las cosas empezaron a salirse de control. Los tokens BRC-20 experimentaron un aumento de precios frenético y una enorme expansión de capitalización de mercado, y en un instante, la actividad en la cadena alcanzó niveles extremos. Pero esto también trajo efectos secundarios: las tarifas de transacción de la red Bitcoin se dispararon y el congestionamiento de la red se convirtió en la norma.
¿Cómo funciona realmente BRC-20?
Para entender BRC-20, primero hay que comprender Ordinals. Este protocolo puede numerar y marcar cada satoshi (la unidad más pequeña de Bitcoin). Los usuarios pueden agregar datos adicionales a los satoshis a través de “inscripciones” (Inscription), que incluyen información en formato JSON.
BRC-20 utiliza precisamente este mecanismo, empleando datos JSON para desplegar contratos de Token, emitir moneda y ejecutar transferencias. El proceso se divide en tres pasos: desplegar (deploy) para determinar la cantidad total de moneda, acuñar (mint) para activar la generación de Token, y transferir (transfer) para completar la transacción. En teoría suena simple, pero en la práctica es bastante complicado y las herramientas de soporte no son lo suficientemente variadas.
¿Por qué no se puede hacer como en Ethereum?
Si comparas con ERC-20, tendrás una mejor comprensión de las limitaciones de BRC-20. ERC-20 es el estándar de Token en Ethereum, que tuvo su concepto en 2015 y fue oficialmente reconocido en 2017. Se basa en contratos inteligentes, tiene funciones ricas y puede interconectarse con otros ecosistemas de protocolo, derivando diversas aplicaciones como préstamos e intercambios. Después de años de asentamiento, ERC-20 ya es muy maduro y estable.
En comparación, BRC-20 no cuenta con el soporte de contratos inteligentes, sus funciones son limitadas y su capacidad de interoperabilidad en el ecosistema es débil, esencialmente sigue siendo un prototipo. Aunque ambos nombres parecen hermanos gemelos, en realidad hay una gran diferencia.
¿Realmente valen la pena estos Tokens?
La verdad es que, actualmente, el valor práctico del BRC-20 es casi inexistente y su futuro también es incierto. Debido a que la barrera de entrada para la emisión es muy baja, muchos tokens BRC-20 pueden terminar convirtiéndose en monedas sin valor. Además, al estar aún en fase de prueba, pueden ocurrir diversos riesgos: fallos en el código, cambios en los estándares, falta de escenarios de aplicación…
Para aquellos que quieran participar, es imprescindible hacer la tarea y entender qué riesgos están asumiendo. No es una inversión tradicional, es una apuesta en un campo de pruebas que aún no ha madurado por completo.