Goldman Sachs recientemente presentó una proyección de tipo de cambio: para finales de 2026, 1 dólar podría cambiarse por 6.9 yuanes chinos. Cuando salió esta noticia, muchos traders comenzaron a reflexionar sobre la lógica detrás de ella.

Honestamente, no se trata de un dato aislado. La volatilidad del tipo de cambio afecta directamente los flujos de capital transfronterizos, especialmente para los traders en la región de Asia-Pacífico; una depreciación del yuan implica una apreciación del dólar, lo que cambiará toda la estrategia de asignación de activos.

En el informe de Goldman Sachs también hay otros puntos importantes a tener en cuenta. Uno es el cambio en el entorno de liquidez global, dos es la presión sobre las monedas de los mercados emergentes y tres, las expectativas sobre la tendencia de los precios de las materias primas. Para los inversores que poseen diversos tipos de activos, estos factores son referencias clave — ya sea que tengan activos tradicionales o criptoactivos, los cambios en el entorno del tipo de cambio actuarán como catalizadores.

Lo interesante es que, durante los ciclos de apreciación del dólar, el mercado de criptomonedas suele enfrentarse a presiones a corto plazo, pero a largo plazo, en cambio, puede atraer a inversores que buscan activos alternativos. Por lo tanto, esta proyección nos da una perspectiva para pensar: cómo ajustar nuestras estrategias en un entorno macroeconómico en cambio.