La gestión de crisis no se trata solo de tener criptomonedas. El oro recibe la atención en tiempos de auge, pero aquí está lo importante: cuando los mercados colapsan y los sistemas se tambalean, el efectivo físico se convierte en tu mejor amigo. Es poco glamuroso, claro. Pero práctico? Absolutamente. Cuando los sistemas digitales fallan o la liquidez desaparece de la noche a la mañana, los billetes arrugados en mano superan las promesas digitales en una pantalla. Los activos reales diversifican tu riesgo. Se mueven independientemente de los cambios en el sentimiento del mercado. Ya sea que tengas Bitcoin, stablecoins o inversiones tradicionales, no subestimes el poder de la riqueza tangible y offline. Las instituciones más ricas no ponen todos los huevos en una sola cesta. Tú tampoco deberías hacerlo.