Fuente: ETHNews
Título Original: México refuerza su distancia respecto a las criptomonedas mientras Banxico advierte de riesgos crecientes
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El banco central de México está reforzando su postura cautelosa hacia los activos digitales, enfatizando que las criptomonedas deben mantenerse a distancia del sistema financiero formal del país.
En su informe de fin de año de diciembre de 2025, Banxico destacó las preocupaciones crecientes sobre la volatilidad, la ciberseguridad y la expansión descontrolada de las stablecoins, temas que considera podrían introducir vulnerabilidades sistémicas si no se controlan estrictamente.
Un marco restrictivo, no una prohibición
El enfoque de Banxico no prohíbe las criptomonedas, pero establece barreras sólidas que impiden su ingreso en el sector bancario regulado. Los activos digitales no son reconocidos como moneda de curso legal, y el peso mexicano sigue siendo la única moneda respaldada por el gobierno del país. El banco central enfatiza que las criptomonedas carecen de respaldo intrínseco por parte de cualquier autoridad pública, reforzando su posición como instrumentos especulativos en lugar de unidades monetarias.
Bajo la Ley Fintech de 2018 y la Circular 4/2019 subsecuente, los bancos y otras instituciones reguladas tienen en gran medida prohibido ofrecer servicios relacionados con criptomonedas al público.
No pueden operar exchanges, proporcionar custodia ni desarrollar productos de inversión vinculados a activos digitales. Sus únicos casos de uso permitidos implican operaciones internas limitadas y, incluso así, solo con autorización previa explícita, la cual Banxico rara vez concede.
Las stablecoins emergen como un nuevo punto de preocupación
El informe señala una atención creciente hacia las stablecoins, advirtiendo que su uso en expansión sin un marco regulatorio dedicado podría plantear riesgos sistémicos. Banxico argumenta que incluso los activos comercializados como “estable” pueden introducir vulnerabilidades si sus estructuras de respaldo y mecanismos de gobernanza no son supervisados exhaustivamente.
Esto está en línea con la visión más amplia de la institución: los criptoactivos, independientemente de su categoría, representan una experimentación tecnológica que debería mantenerse fuera del sistema financiero principal hasta que existan salvaguardas más claras.
Las entidades no financieras enfrentan sus propias obligaciones
Mientras las instituciones financieras reguladas enfrentan limitaciones estrictas, las empresas no financieras, como los exchanges de criptomonedas, aún pueden operar en México. Sin embargo, están clasificadas como “actividades vulnerables” bajo las leyes de lavado de dinero (AML). Esta clasificación activa obligaciones de cumplimiento significativas, incluyendo requisitos rigurosos de KYC, monitoreo de transacciones mejorado y reportes obligatorios a las autoridades.
El objetivo es mitigar riesgos sin cerrar completamente el sector, manteniendo vivo el ecosistema cripto en México pero altamente aislado de los canales bancarios tradicionales.
Una estrategia basada en el contención
Las últimas declaraciones de Banxico reafirman un modelo regulatorio basado en la contención en lugar de la adopción. La postura del banco central sigue siendo clara: las criptomonedas pueden existir, pero deben mantenerse a distancia segura de las instituciones que sustentan el sistema financiero nacional. A medida que los mercados globales avanzan hacia marcos más integrados de cripto, México continúa priorizando la cautela, la estabilidad y la mitigación de riesgos por encima de la innovación rápida.
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México refuerza su postura contra las criptomonedas mientras Banxico advierte sobre los riesgos crecientes
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Fuente: ETHNews Título Original: México refuerza su distancia respecto a las criptomonedas mientras Banxico advierte de riesgos crecientes Enlace Original: El banco central de México está reforzando su postura cautelosa hacia los activos digitales, enfatizando que las criptomonedas deben mantenerse a distancia del sistema financiero formal del país.
En su informe de fin de año de diciembre de 2025, Banxico destacó las preocupaciones crecientes sobre la volatilidad, la ciberseguridad y la expansión descontrolada de las stablecoins, temas que considera podrían introducir vulnerabilidades sistémicas si no se controlan estrictamente.
Un marco restrictivo, no una prohibición
El enfoque de Banxico no prohíbe las criptomonedas, pero establece barreras sólidas que impiden su ingreso en el sector bancario regulado. Los activos digitales no son reconocidos como moneda de curso legal, y el peso mexicano sigue siendo la única moneda respaldada por el gobierno del país. El banco central enfatiza que las criptomonedas carecen de respaldo intrínseco por parte de cualquier autoridad pública, reforzando su posición como instrumentos especulativos en lugar de unidades monetarias.
Bajo la Ley Fintech de 2018 y la Circular 4/2019 subsecuente, los bancos y otras instituciones reguladas tienen en gran medida prohibido ofrecer servicios relacionados con criptomonedas al público.
No pueden operar exchanges, proporcionar custodia ni desarrollar productos de inversión vinculados a activos digitales. Sus únicos casos de uso permitidos implican operaciones internas limitadas y, incluso así, solo con autorización previa explícita, la cual Banxico rara vez concede.
Las stablecoins emergen como un nuevo punto de preocupación
El informe señala una atención creciente hacia las stablecoins, advirtiendo que su uso en expansión sin un marco regulatorio dedicado podría plantear riesgos sistémicos. Banxico argumenta que incluso los activos comercializados como “estable” pueden introducir vulnerabilidades si sus estructuras de respaldo y mecanismos de gobernanza no son supervisados exhaustivamente.
Esto está en línea con la visión más amplia de la institución: los criptoactivos, independientemente de su categoría, representan una experimentación tecnológica que debería mantenerse fuera del sistema financiero principal hasta que existan salvaguardas más claras.
Las entidades no financieras enfrentan sus propias obligaciones
Mientras las instituciones financieras reguladas enfrentan limitaciones estrictas, las empresas no financieras, como los exchanges de criptomonedas, aún pueden operar en México. Sin embargo, están clasificadas como “actividades vulnerables” bajo las leyes de lavado de dinero (AML). Esta clasificación activa obligaciones de cumplimiento significativas, incluyendo requisitos rigurosos de KYC, monitoreo de transacciones mejorado y reportes obligatorios a las autoridades.
El objetivo es mitigar riesgos sin cerrar completamente el sector, manteniendo vivo el ecosistema cripto en México pero altamente aislado de los canales bancarios tradicionales.
Una estrategia basada en el contención
Las últimas declaraciones de Banxico reafirman un modelo regulatorio basado en la contención en lugar de la adopción. La postura del banco central sigue siendo clara: las criptomonedas pueden existir, pero deben mantenerse a distancia segura de las instituciones que sustentan el sistema financiero nacional. A medida que los mercados globales avanzan hacia marcos más integrados de cripto, México continúa priorizando la cautela, la estabilidad y la mitigación de riesgos por encima de la innovación rápida.