El experimento de memecoins políticas de Musk: 294 días de vida o muerte del departamento DOGE

Los fans de Dogecoin lo saben: Musk siempre ha sido el principal animador de DOGE. Pero quizás no sepas que realmente llevó el nombre de este meme coin hasta la Casa Blanca, e incluso le añadió una motosierra.

¿El resultado? Este departamento gubernamental llamado DOGE solo sobrevivió 294 días desde su lanzamiento hasta su cierre—menos que la vida útil de muchos proyectos shitcoin.

Un experimento meme en el círculo político

El 20 de enero del año pasado, el mismo día que Trump juró el cargo, firmó una orden ejecutiva para crear el llamado “Departamento de Eficiencia Gubernamental”. ¿La abreviatura en inglés? Exacto, DOGE.

La jugada fue de lo más atrevida: la web oficial usaba un Shiba Inu como logo, Musk tuiteó sosteniendo una motosierra y con el mensaje “Preparada para la burocracia”. Todo el estilo distaba mucho de una institución gubernamental, más bien parecía el marketing comunitario de un proyecto cripto.

Sinceramente, cuando vi la noticia me pareció surrealista. La política tradicional apuesta por la seriedad y la autoridad, y estos tipos importaron toda la cultura meme de internet. ¿Lo llaman departamento gubernamental? Yo prefiero llamarlo “el primer meme coin político de Washington”.

El estilo Silicon Valley irrumpe en Washington

Pero lo más loco vino después. Musk reunió a 50 jóvenes de veintitantos años, y este grupo de “niños prodigio” entró en las instituciones federales en sudaderas y vaqueros, nada que ver con el aspecto de un funcionario.

El modo de trabajo era puro web3: a base de Red Bull, jornadas interminables, y en tres semanas ya habían infiltrado a gente en las principales agencias federales. Usaron herramientas de IA para analizar el gasto público y, si detectaban edificios vacíos, rescindían el alquiler inmediatamente, ahorrando 150 millones de dólares de un plumazo.

Esta filosofía de “muévete rápido y rompe cosas” típica de Silicon Valley era un bicho raro en Washington. El equipo DOGE exigía informes semanales a los empleados federales; si no lo entregabas, dimitías automáticamente; si no estabas en tu puesto, se consideraba baja administrativa. ¿Te imaginas a la administración tradicional funcionando así?

Pero la pregunta es: ¿cuánto puede durar este enfoque radical?

El momento en que el relato se desmorona

Musk presumió al principio que recortaría 2 billones de dólares del presupuesto federal, pero tras medio año, el recorte real fue de menos de 160.000 millones, ni una quinta parte del objetivo.

Los demócratas hicieron sus propias cuentas: dijeron que DOGE había “malgastado” más de 21.000 millones de dólares en seis meses. Se congelaron préstamos del Departamento de Energía, lo que supuso una pérdida de 263 millones de intereses; la Agencia de Desarrollo Internacional quedó paralizada, y alimentos y medicinas por valor de 110 millones se pudrieron en almacenes.

Los fiscales generales de 14 estados demandaron directamente a Musk y Trump por inconstitucionalidad. En total, DOGE enfrentó cerca de 20 demandas, por acusaciones como violación de la privacidad, acceso ilegal a datos sensibles, etc.

En mayo de este año, Musk anunció su dimisión y, tras una disputa pública con Trump por una ley, rompieron relaciones. En verano, la sede de DOGE estaba vacía, incluso los guardias de seguridad se habían ido.

Este mes, el director de la Oficina de Gestión de Personal, Scott Cooper, reconoció públicamente por primera vez: DOGE ya no existe, sus funciones han sido absorbidas.

Lo que enseña el meme coin político

El gobernador de Florida, DeSantis, tuiteó: “DOGE luchó contra el Swamp (pantano), y ganó el Swamp”.

Duele oírlo, pero es la pura verdad.

El experimento DOGE se parece mucho a las historias típicas del mundo cripto: primero se crea expectación con un símbolo llamativo (Dogecoin), se atrae la atención con un relato radical (¡recortar 2 billones!), y luego se actúa rápido rompiendo las reglas (gestión al estilo Silicon Valley).

¿Pero al final? Cuando pasa el hype, ves que por mucho relato potente que haya, hay que aterrizarlo. Un proyecto sin creación de valor real, por muy llamativo que sea, acaba siendo descartado por el mercado.

Lo curioso es que, aunque DOGE como departamento ha desaparecido, algunos de sus miembros ya están haciendo cosas en otros puestos del gobierno. Joe Gebbia, cofundador de Airbnb, dirige ahora el Estudio Nacional de Diseño, y Zachary Terrell es jefe de tecnología del Ministerio de Sanidad.

En cierto modo, el experimento no ha sido un fracaso total. Al menos demostró algo: la fusión entre la cultura cripto y la política tradicional ya ha comenzado, y es irreversible.

En el futuro, probablemente veremos más instituciones políticas con sello “nativo cripto”. Lo clave será combinar espíritu innovador con estabilidad en la gobernanza, lograr atractivo simbólico y resolver problemas reales.

Porque si llevas tiempo en el mundo cripto ya lo sabes: los memes sirven para crear hype, pero los que sobreviven de verdad son los proyectos con base tecnológica y capaces de crear valor. En política, igual.