Fuente: PortaldoBitcoin
Título original: Cómo deben prepararse las empresas brasileñas para la nueva era regulatoria de stablecoins y criptoactivos
Enlace original: https://portaldobitcoin.uol.com.br/como-as-empresas-brasileiras-devem-se-preparar-para-a-nova-era-regulatoria-de-stablecoins-e-criptoativos/
El mercado de criptoactivos en Brasil acaba de entrar en una nueva fase. Con la publicación de las Resoluciones BCB nº 519, 520 y 521 en noviembre de 2025 y la Instrucción Normativa RFB nº 2291/2025, el país consolidó el marco regulatorio más estructurado de América Latina para empresas que operan con activos virtuales, stablecoins y tokenización. Estas normas determinan quién podrá operar legalmente en el mercado brasileño a partir de febrero de 2026, y qué empresas quedarán excluidas por no cumplir los nuevos requisitos de gobernanza, capital y compliance. En este contexto, es necesario entender cómo el mercado brasileño va a adaptarse a esta nueva regulación.
Las nuevas reglas del Banco Central establecen que todas las empresas que presten servicios de intermediación, custodia o corretaje de activos virtuales — las denominadas Sociedades Prestadoras de Servicios de Activos Virtuales (SPSAVs) — deben obtener autorización formal para operar en Brasil. La entrada en vigor de las nuevas normas está fijada para el 2 de febrero de 2026. A partir de esa fecha, las SPSAVs ya en funcionamiento tendrán 9 meses para presentar sus solicitudes de autorización ante el Banco Central, demostrando conformidad con todos los requisitos establecidos.
La Receita Federal, por su parte, publicó la Instrucción Normativa RFB nº 2291/2025, que actualiza las reglas de declaración de operaciones con criptoactivos, adoptando el estándar internacional CARF (Crypto-Asset Reporting Framework) de la OCDE. A partir de julio de 2026, todos los exchanges y proveedores de servicios —incluyendo empresas extranjeras que operen en Brasil a través de dominios .br, publicidad dirigida al público brasileño o alianzas con instituciones locales— deberán informar mensualmente todas las operaciones realizadas, sin límite mínimo de valor.
Personas físicas y jurídicas que realicen operaciones sin intermediación de exchanges (como en plataformas descentralizadas o transacciones peer-to-peer) también deben declarar a la Receita siempre que el volumen mensual supere los R$ 35 mil. El objetivo es claro: aumentar la trazabilidad de los flujos financieros, combatir el lavado de dinero y la evasión fiscal, y alinear a Brasil con los estándares internacionales de transparencia.
Lo importante a partir de ahora es que haya un aumento del diálogo entre empresas, agentes regulatorios y demás actores del mercado para entender todos los detalles que implica este escenario de cambios profundos, abriendo un espacio esencial de traducción regulatoria y coordinación entre el mercado y las autoridades supervisoras. De este modo, es posible crear un entorno democrático donde todos puedan debatir de forma práctica y transparente cómo las stablecoins, la tokenización y los nuevos modelos de pago internacional encajan dentro de lo que el Banco Central y la CVM consideran aceptable.
La búsqueda debe estar dirigida a un consenso de que ahora tenemos una oportunidad real de liderar la regulación de stablecoins en el hemisferio sur, pero esto depende menos de avances técnicos y más de coordinación institucional entre el Banco Central, la Receita Federal, la CVM y el propio mercado. La cuestión no es si las stablecoins tendrán espacio en Brasil, sino si el marco regulatorio brasileño permitirá su desarrollo sostenible en el país.
Además, cabe señalar que las stablecoins están forzando al sistema financiero a competir en eficiencia, no en opacidad. Tradicionalmente, los rendimientos sobre los depósitos bancarios quedaban concentrados en manos de las instituciones financieras, que remuneraban a los depositantes con tasas muy por debajo de lo que obtenían al prestar o invertir ese dinero. Con las stablecoins, especialmente aquellas que distribuyen parte de los rendimientos de los activos de reserva (bonos del Tesoro estadounidense, por ejemplo) directamente a los tenedores, esta dinámica cambia radicalmente: el usuario pasa a capturar un valor que antes era exclusivo de los intermediarios.
Esto genera retos regulatorios importantes: si una stablecoin remunera a sus tenedores, pasa a competir directamente con productos de renta fija tradicionales y puede ser considerada un valor mobiliario, sujeta a la regulación de la CVM. Por otro lado, si no hay promesa de rendimiento y el token funciona solo como representación digital de moneda fiduciaria, puede ser clasificado como medio de pago o cambio, dentro del ámbito del Banco Central.
Brasil se está posicionando como laboratorio global de regulación de criptoactivos, con avances significativos en KYC, AML y gobernanza que pueden servir de referencia para otros países de América Latina. Las empresas que ya operan con estándares rigurosos de identificación de clientes, monitoreo de transacciones sospechosas y segregación patrimonial estarán en ventaja competitiva cuando las normas entren en vigor.
En términos de gobernanza, fiscalización y el equilibrio entre libertad de mercado y seguridad sistémica, queda claro que el Banco Central no pretende crear barreras a la innovación, sino establecer estándares mínimos de seguridad y transparencia que protejan al inversor y reduzcan el uso de criptoactivos para actividades ilícitas. Estas discusiones han reforzado que eventos de traducción regulatoria, donde representantes del Banco Central, la CVM, bancos tradicionales, fintechs y despachos jurídicos se reúnen, son fundamentales para construir un mercado más informado, preparado y, en consecuencia, más sostenible. Reducen la asimetría de información, permiten que las empresas estructuren modelos de negocio con seguridad jurídica y crean espacios de coordinación donde fintechs, bancos, tokenizadoras y exchanges comparten experiencias, discuten buenas prácticas y colaboran en soluciones conjuntas.
Brasil está consolidando su posición como líder en regulación de criptoactivos en América Latina. El país ocupa la quinta posición en el Índice Global de Adopción de Cripto de Chainalysis en 2025, subiendo desde la 10ª posición en 2024, y es el mercado cripto dominante en la región.
Las nuevas reglas, aunque rigurosas, no tienen como objetivo impedir la innovación, sino profesionalizar el sector y atraer a inversores institucionales que antes evitaban el mercado debido a la falta de seguridad jurídica. Con un marco regulatorio claro, bancos, aseguradoras, fondos de pensiones y grandes corporaciones podrán entrar en el mercado de criptoactivos con más confianza, ampliando significativamente el volumen de capital disponible.
En el caso de las stablecoins, la expectativa es de un crecimiento acelerado, especialmente en los casos de uso enfocados en pagos internacionales, remesas, tesorería corporativa y comercio exterior. Las estimaciones indican que el mercado global de stablecoins, que ya superó los US$ 300 mil millones en capitalización, puede mover billones de dólares en transacciones anuales hasta 2030.
El mensaje final es claro: las empresas que no cumplan los requisitos regulatorios quedarán fuera del mercado brasileño. Y dentro de los límites regulatorios, hay un enorme espacio para la innovación, la eficiencia y el crecimiento. El futuro de las finanzas digitales en Brasil será construido por empresas que entiendan esta ecuación y que actúen ahora para posicionarse en el lado correcto de la historia.
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Cómo deben prepararse las empresas brasileñas para la nueva era regulatoria de stablecoins y criptoactivos
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Fuente: PortaldoBitcoin Título original: Cómo deben prepararse las empresas brasileñas para la nueva era regulatoria de stablecoins y criptoactivos Enlace original: https://portaldobitcoin.uol.com.br/como-as-empresas-brasileiras-devem-se-preparar-para-a-nova-era-regulatoria-de-stablecoins-e-criptoativos/ El mercado de criptoactivos en Brasil acaba de entrar en una nueva fase. Con la publicación de las Resoluciones BCB nº 519, 520 y 521 en noviembre de 2025 y la Instrucción Normativa RFB nº 2291/2025, el país consolidó el marco regulatorio más estructurado de América Latina para empresas que operan con activos virtuales, stablecoins y tokenización. Estas normas determinan quién podrá operar legalmente en el mercado brasileño a partir de febrero de 2026, y qué empresas quedarán excluidas por no cumplir los nuevos requisitos de gobernanza, capital y compliance. En este contexto, es necesario entender cómo el mercado brasileño va a adaptarse a esta nueva regulación.
Las nuevas reglas del Banco Central establecen que todas las empresas que presten servicios de intermediación, custodia o corretaje de activos virtuales — las denominadas Sociedades Prestadoras de Servicios de Activos Virtuales (SPSAVs) — deben obtener autorización formal para operar en Brasil. La entrada en vigor de las nuevas normas está fijada para el 2 de febrero de 2026. A partir de esa fecha, las SPSAVs ya en funcionamiento tendrán 9 meses para presentar sus solicitudes de autorización ante el Banco Central, demostrando conformidad con todos los requisitos establecidos.
La Receita Federal, por su parte, publicó la Instrucción Normativa RFB nº 2291/2025, que actualiza las reglas de declaración de operaciones con criptoactivos, adoptando el estándar internacional CARF (Crypto-Asset Reporting Framework) de la OCDE. A partir de julio de 2026, todos los exchanges y proveedores de servicios —incluyendo empresas extranjeras que operen en Brasil a través de dominios .br, publicidad dirigida al público brasileño o alianzas con instituciones locales— deberán informar mensualmente todas las operaciones realizadas, sin límite mínimo de valor.
Personas físicas y jurídicas que realicen operaciones sin intermediación de exchanges (como en plataformas descentralizadas o transacciones peer-to-peer) también deben declarar a la Receita siempre que el volumen mensual supere los R$ 35 mil. El objetivo es claro: aumentar la trazabilidad de los flujos financieros, combatir el lavado de dinero y la evasión fiscal, y alinear a Brasil con los estándares internacionales de transparencia.
Lo importante a partir de ahora es que haya un aumento del diálogo entre empresas, agentes regulatorios y demás actores del mercado para entender todos los detalles que implica este escenario de cambios profundos, abriendo un espacio esencial de traducción regulatoria y coordinación entre el mercado y las autoridades supervisoras. De este modo, es posible crear un entorno democrático donde todos puedan debatir de forma práctica y transparente cómo las stablecoins, la tokenización y los nuevos modelos de pago internacional encajan dentro de lo que el Banco Central y la CVM consideran aceptable.
La búsqueda debe estar dirigida a un consenso de que ahora tenemos una oportunidad real de liderar la regulación de stablecoins en el hemisferio sur, pero esto depende menos de avances técnicos y más de coordinación institucional entre el Banco Central, la Receita Federal, la CVM y el propio mercado. La cuestión no es si las stablecoins tendrán espacio en Brasil, sino si el marco regulatorio brasileño permitirá su desarrollo sostenible en el país.
Además, cabe señalar que las stablecoins están forzando al sistema financiero a competir en eficiencia, no en opacidad. Tradicionalmente, los rendimientos sobre los depósitos bancarios quedaban concentrados en manos de las instituciones financieras, que remuneraban a los depositantes con tasas muy por debajo de lo que obtenían al prestar o invertir ese dinero. Con las stablecoins, especialmente aquellas que distribuyen parte de los rendimientos de los activos de reserva (bonos del Tesoro estadounidense, por ejemplo) directamente a los tenedores, esta dinámica cambia radicalmente: el usuario pasa a capturar un valor que antes era exclusivo de los intermediarios.
Esto genera retos regulatorios importantes: si una stablecoin remunera a sus tenedores, pasa a competir directamente con productos de renta fija tradicionales y puede ser considerada un valor mobiliario, sujeta a la regulación de la CVM. Por otro lado, si no hay promesa de rendimiento y el token funciona solo como representación digital de moneda fiduciaria, puede ser clasificado como medio de pago o cambio, dentro del ámbito del Banco Central.
Brasil se está posicionando como laboratorio global de regulación de criptoactivos, con avances significativos en KYC, AML y gobernanza que pueden servir de referencia para otros países de América Latina. Las empresas que ya operan con estándares rigurosos de identificación de clientes, monitoreo de transacciones sospechosas y segregación patrimonial estarán en ventaja competitiva cuando las normas entren en vigor.
En términos de gobernanza, fiscalización y el equilibrio entre libertad de mercado y seguridad sistémica, queda claro que el Banco Central no pretende crear barreras a la innovación, sino establecer estándares mínimos de seguridad y transparencia que protejan al inversor y reduzcan el uso de criptoactivos para actividades ilícitas. Estas discusiones han reforzado que eventos de traducción regulatoria, donde representantes del Banco Central, la CVM, bancos tradicionales, fintechs y despachos jurídicos se reúnen, son fundamentales para construir un mercado más informado, preparado y, en consecuencia, más sostenible. Reducen la asimetría de información, permiten que las empresas estructuren modelos de negocio con seguridad jurídica y crean espacios de coordinación donde fintechs, bancos, tokenizadoras y exchanges comparten experiencias, discuten buenas prácticas y colaboran en soluciones conjuntas.
Brasil está consolidando su posición como líder en regulación de criptoactivos en América Latina. El país ocupa la quinta posición en el Índice Global de Adopción de Cripto de Chainalysis en 2025, subiendo desde la 10ª posición en 2024, y es el mercado cripto dominante en la región.
Las nuevas reglas, aunque rigurosas, no tienen como objetivo impedir la innovación, sino profesionalizar el sector y atraer a inversores institucionales que antes evitaban el mercado debido a la falta de seguridad jurídica. Con un marco regulatorio claro, bancos, aseguradoras, fondos de pensiones y grandes corporaciones podrán entrar en el mercado de criptoactivos con más confianza, ampliando significativamente el volumen de capital disponible.
En el caso de las stablecoins, la expectativa es de un crecimiento acelerado, especialmente en los casos de uso enfocados en pagos internacionales, remesas, tesorería corporativa y comercio exterior. Las estimaciones indican que el mercado global de stablecoins, que ya superó los US$ 300 mil millones en capitalización, puede mover billones de dólares en transacciones anuales hasta 2030.
El mensaje final es claro: las empresas que no cumplan los requisitos regulatorios quedarán fuera del mercado brasileño. Y dentro de los límites regulatorios, hay un enorme espacio para la innovación, la eficiencia y el crecimiento. El futuro de las finanzas digitales en Brasil será construido por empresas que entiendan esta ecuación y que actúen ahora para posicionarse en el lado correcto de la historia.