¿Por qué una meme coin puede valer decenas de miles de millones? Porque difundir cultura es más importante que hacer subir el precio.

¿Cómo puede una broma valer decenas de miles de millones?

En 2013, dos programadores, aburridos, crearon una moneda usando el meme de Shiba Inu más popular de Internet—simplemente para burlarse de la fiebre especulativa de criptomonedas de aquel entonces. ¿Cantidad emitida? Directamente infinita. ¿Whitepaper? No hay. ¿Hoja de ruta? Menos aún.

¿El resultado? Aquello llamado Dogecoin se coló en 2021 en el top 10 de criptomonedas por capitalización, alcanzando un precio máximo de 0,74 dólares y una capitalización de más de 85.000 millones.

Quizá te preguntes: ¿por qué?

La respuesta está en cada meme reenviado, en los hilos de Reddit inundados de “To the Moon”, y sobre todo en el sentimiento de pertenencia espontáneo de millones de holders.

El secreto de sobrevivir diez años sin tecnología

¿De qué ha vivido Dogecoin hasta hoy? No es por su código (usa el viejo framework de Litecoin), ni por los tuits de Elon Musk.

Lo que realmente le permitió sobrevivir varias criptoinviernos fue su comunidad.

En Reddit, los usuarios recompensan posts divertidos con DOGE, organizan actividades benéficas por su cuenta, e incluso recaudaron fondos para patrocinar a un piloto de NASCAR y al equipo jamaicano de bobsleigh. Nadie apremia para “pump”, simplemente lo hacen porque les divierte.

Mientras otros memecoins desaparecen uno tras otro, los fans de DOGE siguen creando memes y organizando eventos online. Esa pegajosidad cultural es la verdadera razón de su longevidad.

SHIB y PEPE: el éxito del copiar y pegar

El éxito de Dogecoin parece accidental, pero los que llegaron después sí vinieron preparados.

Shiba Inu (SHIB), nacida en 2020, se autoproclamó “Dogecoin Killer”. Usaron la misma imagen de Shiba Inu y el lema “SHIB Army”, haciendo sentir a cada comprador como parte de un movimiento cultural. En 2021, SHIB subió 120.000 veces, alcanzando una capitalización máxima de 36.000 millones de dólares.

Más extremo fue el caso de PEPE en 2023. Esta moneda del meme “rana triste” no tenía equipo, ni presupuesto de marketing, solo la comunidad publicando memes por Twitter—y en dos semanas superó los 7.000 millones de dólares de capitalización.

¿Qué demuestran estos casos? Que el precio de un memecoin no depende de lo bueno que sea su código, sino de lo lejos que llegue el símbolo cultural.

Igual que Disney gana dinero con Mickey Mouse, los memecoins convierten memes en activos culturales negociables. Cuanta más gente reconozca, use y difunda ese símbolo, más valor tiene.

Deja de pedir a los desarrolladores que “pumpen” el precio

Muchos novatos, tras comprar un memecoin, preguntan todo el día en los grupos: “¿Cuándo va a pumppear el equipo?”

Amigo, estás mirando en la dirección equivocada.

Un memecoin no es como una acción o Bitcoin. Una acción tiene detrás resultados de empresa, Bitcoin tiene tecnología blockchain, pero el único “fundamento” de un memecoin es el consenso de la comunidad y la capacidad de difusión cultural.

El equipo como mucho puede encender la chispa, pero los verdaderos “ballenas” son todos los holders.

Mira PEPE: sin fundador, sin equipo, todo lo mueve la comunidad creando memes y difundiendo el símbolo en redes sociales. Cada vez que reenvías una imagen de la rana PEPE, o cuentas la broma a un amigo, estás “añadiendo valor”: cada difusión refuerza el valor cultural de ese símbolo.

Al contrario, si la comunidad solo espera que el equipo pumpée, es como sentarse alrededor de un estanque de peces que no se reproducen: tarde o temprano se acaba. En Pump.fun nacen cientos de nuevos memecoins cada día, pero el 99% no dura una semana porque solo tienen código, sin cultura ni comunidad dispuesta a difundir.

La atención es dinero

En la era de la sobrecarga informativa, la atención es el recurso más escaso. Los memecoins son, en esencia, “securitización de la atención”: convertir la atención, debate y difusión de los internautas en activos negociables.

Los algoritmos de las plataformas favorecen lo divertido. Un meme gracioso se difunde mucho más que un whitepaper técnico; un “To the Moon” motiva más FOMO que cualquier parámetro técnico.

Cuando compartes un meme de SHIB en tus redes, le estás ayudando a captar la atención de otros. Esa atención acabará convirtiéndose en compras.

Los memecoins en Solana y Base están especialmente activos porque estas cadenas ofrecen transacciones rápidas y comisiones bajas, ideales para el pequeño inversor y la difusión viral. La tecnología es solo la infraestructura; el verdadero motor es la “moneda social” que genera la comunidad.

¿Quieres participar? Recuerda estas tres reglas

Si decides unirte a este juego cultural, estas tres cosas valen cien veces más que mirar el gráfico:

Elige un símbolo que realmente te guste
No compres memecoins que no entiendas. Si un meme te parece aburrido, no esperes que otros lo difundan. La mayoría de holders de PEPE crecieron con ese meme de la rana y lo difunden de corazón, no solo para ganar dinero.

Sé difusor, no especulador
En vez de preguntar todo el tiempo “¿cuándo va a pumppear?”, piensa en cómo puedes hacer que más gente conozca el meme. Crea un sticker divertido, escribe una historia, o comenta en hilos relacionados. Cada acción creativa suma valor a tu propia inversión.

Invierte como si fuera entretenimiento
Los memecoins son básicamente “lotería cultural”. Tienen más valor cultural que el puro azar, pero siguen siendo altamente especulativos. Nunca inviertas más de lo que estés dispuesto a perder. Tómatelo como si compraras una entrada para un parque de atracciones: lo importante es divertirse, ganar dinero es solo un extra.

El asalto financiero de la cultura popular

Cuando convertimos un meme en criptomoneda, en realidad estamos haciendo la “OPV” de la cultura de Internet. Cada subida explosiva de un memecoin es un asalto de la cultura popular al sistema financiero tradicional.

Pero recuerda: sin difusión, no hay valor.

Las promesas del equipo y las recomendaciones de los KOLs no tienen tanto poder como el meme que tienes preparado para compartir en tus redes.

En vez de esperar a que otros “pumpen”, abre ya el editor de imágenes y crea el símbolo financiero de esta época.

Al fin y al cabo, en la economía de la atención, cada uno es su propio “ballena”.