Durante las vacaciones largas del Día Nacional, la Bolsa de Shanghái cierra y los accionistas se agolpan en los puntos turísticos para hacerse fotos entre multitudes. Pero al otro lado del mundo cripto, se está jugando un juego aún más salvaje.
En el ecosistema de un importante exchange, varios tokens que parecen chistes—Meme4, PALU, y otro llamado “Vida en cierta exchange”—multiplicaron su capitalización de mercado varias decenas de veces en pocos días. Los que entraron pronto vieron sus cifras superar fácilmente el millón de dólares; las comunidades chinas explotaron de emoción y en Twitter abundaban los vítores al “código de la riqueza”.
Entonces, el 9 de octubre, el panorama cambió radicalmente.
Comenzó la caída libre. Algunas monedas perdieron el 95% de su valor en un solo día, más de 100.000 personas fueron liquidadas y el importe total alcanzó los 621 millones de dólares. El mito del enriquecimiento instantáneo se convirtió, en un instante, en un drama retransmitido de pérdidas y lágrimas.
Este guion me resulta muy familiar. Lo he visto en Wall Street y también en Lujiazui.
¿Recuerdas el espectáculo de GameStop?
En 2021, los pequeños inversores de Reddit se unieron para enfrentarse a los bajistas de Wall Street y llevaron hasta el cielo las acciones de una tienda de videojuegos al borde de la quiebra. Las empresas de venta en corto perdieron hasta perder el sentido, y el presidente de la SEC estadounidense calificó aquello como un “hito en la economía conductual”: por muy absurdos que sean los precios, mientras las transacciones sean reales y la información transparente, forman “parte del mercado”.
La lógica estadounidense es directa: deja que ocurra la burbuja, porque la burbuja en sí misma es el catalizador de la evolución del mercado.
¿Y si esta ola de Meme coins sucediera en el Nasdaq? Wall Street crearía un “ETF de acciones Meme”, empaquetaría la popularidad social como factor de inversión y te lo vendería; The Wall Street Journal escribiría un extenso artículo alabando “la victoria del capitalismo minorista”; la SEC investigaría la “manipulación del mercado vía redes sociales” y, al final, concluiría: no es una estafa, es una reacción financiera colectiva propagada por algoritmos y redes sociales.
¿Y en China? El guion es totalmente distinto.
Si “Vida en cierta exchange” apareciera en la Bolsa de Shanghái, el regulador emitiría inmediatamente una advertencia de riesgo, los medios pedirían inversión racional y el asunto sería calificado de “anomalía especulativa del mercado”, convirtiéndose en material didáctico para inversores. La estabilidad es primordial: puede haber emoción, pero debe haber orden; la innovación es bienvenida, pero el riesgo corre por tu cuenta.
Pero las Meme coins viven en un tercer universo
La magia del mercado cripto reside en que—no está regulado ni por la SEC ni por el regulador chino. Es una tierra de nadie, un campo de pruebas gris de las finanzas, autoorganizado por código, liquidez y narrativa.
Aquí, el mecanismo de especulación social al estilo estadounidense (difusión viral de información + impulso colectivo) y la psicología de riqueza popular al estilo chino (resonancia de base + sentido de comunidad) se mezclan de manera asombrosa.
El exchange deja de ser una plataforma neutral y se convierte en una “máquina de fabricar narrativas”; los KOL dejan de ser espectadores y pasan a ser amplificadores de precios; los pequeños inversores se entusiasman en bucles de algoritmos y consenso, para luego autodestruirse.
El cambio más profundo es: el precio ya no lo determina el flujo de caja, sino la velocidad de la narrativa y la densidad del consenso.
Estamos presenciando el nacimiento del “capital emocional”: un nuevo tipo de capital sin informes financieros, solo símbolos culturales; sin fundamentos, solo curvas de consenso; que no busca retornos racionales, sino explosiones de emoción.
Cuando el algoritmo falla, la emoción es la moneda
Los datos son crueles: en los primeros nueve meses de 2025, el 90% de las principales Meme coins colapsaron en su capitalización; en el segundo trimestre, el 65% de los nuevos tokens perdió más del 90% de su valor en seis meses.
Es como la fiebre del oro en la era digital: la mayoría de los buscadores de oro pierden todo, y solo los que venden palas ganan siempre.
Pero el núcleo del problema es: cuando el dinero empieza a contar historias, la lógica fundamental de las finanzas globales se está reescribiendo por completo.
En el mercado tradicional, el precio refleja el valor;
en el mercado cripto, el precio crea el valor.
Esto es la máxima expresión de la descentralización, pero también podría ser la forma definitiva de eliminar toda responsabilidad. Cuando la narrativa sustituye al flujo de caja y la emoción se convierte en el estándar de valoración de los activos, todos nos convertimos en cobayas de este experimento.
¿Dónde está la salida?
La industria Web3 está en una encrucijada. ¿Seguir sumida en la euforia a corto plazo del “capitalismo emocional” o avanzar hacia la construcción a largo plazo de un ecosistema impulsado por el valor?
La verdadera salida requiere:
Reforzar los mecanismos de gobernanza comunitaria
Introducir un marco regulatorio más transparente
Establecer una educación sistemática para inversores
Solo así la tecnología descentralizada podrá realmente empoderar la equidad financiera global, y no convertirse en una herramienta para que unos pocos esquilmen a la mayoría.
La próxima vez que veas a un KOL gritando sobre una “moneda de 100x”, pregúntate primero:
¿Estoy participando en una innovación financiera, o estoy pagando por la libertad financiera de otro?
Cuando el dinero empieza a contar historias, lo que más necesitas no es FOMO (miedo a quedarse fuera), sino la capacidad de pensar con frialdad.
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GateUser-26d7f434
· 12-08 23:41
Creo que esto es como el juego de la patata caliente, siempre hay alguien que no consigue atraparla.
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digital_archaeologist
· 12-08 08:26
Aquí vamos de nuevo, una moneda que sube cien veces y en diez minutos vuelve a cero, todo un clásico.
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ZkSnarker
· 12-06 10:28
vale, pero en plan... ¿de verdad pensábamos que esta vez sería diferente? jajaja
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DustCollector
· 12-06 02:51
Aquí vamos de nuevo, siempre usan la misma táctica. Ya deberíamos haber visto a través de los trucos de esta gente.
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RugDocScientist
· 12-06 02:49
Vaya tela, otra vez la misma jugada... Pero esta vez la escala es realmente absurda, 621 millones se han esfumado así sin más.
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Siempre el mismo guion, solo cambian el nombre de la moneda y lo copian todo, de verdad que no lo entiendo.
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¿Una caída del 95%? Qué risa, esta es la verdadera cara de las meme coins, amigos.
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En resumen, los grandes están cortando, los pequeños colaboran en el teatro, qué pena.
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Espera, esto no tiene nada que ver con lo de GameStop, no lo compares a lo loco.
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Cien mil personas liquidadas... Solo de pensarlo duele, ¿a qué bolsillos ha ido todo ese dinero?
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Despertad, nadie regala dinero del cielo, solo caen trampas.
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Mi amigo entró y aún se autoengaña diciendo que va a rebotar, en fin...
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¿Así que todavía hay gente que se atreve a lanzarse a las meme coins? De verdad, unos valientes.
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Este tipo de cosas deberían prohibirse todas, es simple y llanamente robar y saquear.
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Un token que parece una broma pero corta a los inversores más reales, es irónico.
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La comunidad china ha sangrado esta vez, pero la próxima vez seguro que sigue igual con estos malos hábitos.
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ShitcoinArbitrageur
· 12-06 02:49
Siempre la misma historia: unos se hacen ricos y otros se arruinan. Qué puta aburrido.
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ShamedApeSeller
· 12-06 02:49
Esta vez sí que estamos presenciando la historia: ha llegado la era en la que los novatos escriben el guion juntos.
¿100.000 personas liquidadas a la vez? Escucha ese número, es una locura, jajajaja.
¿Contraseña de la riqueza? Yo diría que es una "contraseña de la dulzura financiera", tan dulce que acaba amargando.
Las meme coins evaporándose un 95% en una noche, eso sí que es una verdadera forma de arte.
Las jugadas que Wall Street ha estado usando durante cien años, nosotros las aprendimos en dos semanas. Brutal.
La gente de Reddit lleva tiempo liándola en nombre de los minoristas; ahora es nuestro turno de probar.
De hacerse rico de la noche a la mañana a arruinarse en una noche… Esta jugada de verdad que me ha dejado flipando.
¿Vosotros aún hacéis fotos de multitudes en zonas turísticas? Yo estoy aquí viendo cómo los jóvenes de pueblo se quedan sin un duro.
621 millones de dólares. Una palabra: espectacular.
¿Alguien lloró cuando el panorama cambió de repente? Yo, la verdad, me reí.
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SmartMoneyWallet
· 12-06 02:47
621 millones de dólares se evaporaron en una noche; detrás de estos datos, seguramente hay grandes inversores que compraron en el fondo y luego manipularon a la inversa. La distribución de los tokens ya había dejado pistas hace tiempo.
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RektButSmiling
· 12-06 02:45
Así es el mundo cripto, cada uno más salvaje que el anterior. Hace unos días todos presumían de que las memecoins multiplicaban por decenas, y de repente se convierte en una carnicería para los novatos.
Siempre el mismo juego: oyes que alguien se hace rico de la noche a la mañana y te lanzas, pero al final te liquidan 621 millones. Menuda apuesta.
En realidad, es solo un juego de la patata caliente, a ver quién se queda al final con el marrón. Los que entran pronto se forran, los últimos pierden todo.
¿Por qué sigue habiendo tanta gente que se mete? Sinceramente, por jugársela a ver si cambian su suerte.
Esta historia termina aquí, pero el mes que viene saldrá otra moneda nueva y todo volverá a empezar...
Mejor no decir nada; solo de pensar en el dinero que me quitaron antes, ya me pongo de mala leche.
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OnChainDetective
· 12-06 02:21
He revisado los números de esos grupos de monederos... patrón clásico de pump, literalmente de manual. Un 95% de liquidación en un solo día grita cascada de liquidaciones coordinada, no presión de venta orgánica. He rastreado los saltos de transacciones y sí, se ha detectado actividad sospechosa en todo momento.
Cuando los novatos empiezan a escribir el guion: Detrás de la montaña rusa de las memecoins, la lógica financiera global está siendo reescrita
Durante las vacaciones largas del Día Nacional, la Bolsa de Shanghái cierra y los accionistas se agolpan en los puntos turísticos para hacerse fotos entre multitudes. Pero al otro lado del mundo cripto, se está jugando un juego aún más salvaje.
En el ecosistema de un importante exchange, varios tokens que parecen chistes—Meme4, PALU, y otro llamado “Vida en cierta exchange”—multiplicaron su capitalización de mercado varias decenas de veces en pocos días. Los que entraron pronto vieron sus cifras superar fácilmente el millón de dólares; las comunidades chinas explotaron de emoción y en Twitter abundaban los vítores al “código de la riqueza”.
Entonces, el 9 de octubre, el panorama cambió radicalmente.
Comenzó la caída libre. Algunas monedas perdieron el 95% de su valor en un solo día, más de 100.000 personas fueron liquidadas y el importe total alcanzó los 621 millones de dólares. El mito del enriquecimiento instantáneo se convirtió, en un instante, en un drama retransmitido de pérdidas y lágrimas.
Este guion me resulta muy familiar. Lo he visto en Wall Street y también en Lujiazui.
¿Recuerdas el espectáculo de GameStop?
En 2021, los pequeños inversores de Reddit se unieron para enfrentarse a los bajistas de Wall Street y llevaron hasta el cielo las acciones de una tienda de videojuegos al borde de la quiebra. Las empresas de venta en corto perdieron hasta perder el sentido, y el presidente de la SEC estadounidense calificó aquello como un “hito en la economía conductual”: por muy absurdos que sean los precios, mientras las transacciones sean reales y la información transparente, forman “parte del mercado”.
La lógica estadounidense es directa: deja que ocurra la burbuja, porque la burbuja en sí misma es el catalizador de la evolución del mercado.
¿Y si esta ola de Meme coins sucediera en el Nasdaq? Wall Street crearía un “ETF de acciones Meme”, empaquetaría la popularidad social como factor de inversión y te lo vendería; The Wall Street Journal escribiría un extenso artículo alabando “la victoria del capitalismo minorista”; la SEC investigaría la “manipulación del mercado vía redes sociales” y, al final, concluiría: no es una estafa, es una reacción financiera colectiva propagada por algoritmos y redes sociales.
¿Y en China? El guion es totalmente distinto.
Si “Vida en cierta exchange” apareciera en la Bolsa de Shanghái, el regulador emitiría inmediatamente una advertencia de riesgo, los medios pedirían inversión racional y el asunto sería calificado de “anomalía especulativa del mercado”, convirtiéndose en material didáctico para inversores. La estabilidad es primordial: puede haber emoción, pero debe haber orden; la innovación es bienvenida, pero el riesgo corre por tu cuenta.
Pero las Meme coins viven en un tercer universo
La magia del mercado cripto reside en que—no está regulado ni por la SEC ni por el regulador chino. Es una tierra de nadie, un campo de pruebas gris de las finanzas, autoorganizado por código, liquidez y narrativa.
Aquí, el mecanismo de especulación social al estilo estadounidense (difusión viral de información + impulso colectivo) y la psicología de riqueza popular al estilo chino (resonancia de base + sentido de comunidad) se mezclan de manera asombrosa.
El exchange deja de ser una plataforma neutral y se convierte en una “máquina de fabricar narrativas”; los KOL dejan de ser espectadores y pasan a ser amplificadores de precios; los pequeños inversores se entusiasman en bucles de algoritmos y consenso, para luego autodestruirse.
El cambio más profundo es: el precio ya no lo determina el flujo de caja, sino la velocidad de la narrativa y la densidad del consenso.
Estamos presenciando el nacimiento del “capital emocional”: un nuevo tipo de capital sin informes financieros, solo símbolos culturales; sin fundamentos, solo curvas de consenso; que no busca retornos racionales, sino explosiones de emoción.
Cuando el algoritmo falla, la emoción es la moneda
Los datos son crueles: en los primeros nueve meses de 2025, el 90% de las principales Meme coins colapsaron en su capitalización; en el segundo trimestre, el 65% de los nuevos tokens perdió más del 90% de su valor en seis meses.
Es como la fiebre del oro en la era digital: la mayoría de los buscadores de oro pierden todo, y solo los que venden palas ganan siempre.
Pero el núcleo del problema es: cuando el dinero empieza a contar historias, la lógica fundamental de las finanzas globales se está reescribiendo por completo.
En el mercado tradicional, el precio refleja el valor;
en el mercado cripto, el precio crea el valor.
Esto es la máxima expresión de la descentralización, pero también podría ser la forma definitiva de eliminar toda responsabilidad. Cuando la narrativa sustituye al flujo de caja y la emoción se convierte en el estándar de valoración de los activos, todos nos convertimos en cobayas de este experimento.
¿Dónde está la salida?
La industria Web3 está en una encrucijada. ¿Seguir sumida en la euforia a corto plazo del “capitalismo emocional” o avanzar hacia la construcción a largo plazo de un ecosistema impulsado por el valor?
La verdadera salida requiere:
Solo así la tecnología descentralizada podrá realmente empoderar la equidad financiera global, y no convertirse en una herramienta para que unos pocos esquilmen a la mayoría.
La próxima vez que veas a un KOL gritando sobre una “moneda de 100x”, pregúntate primero:
¿Estoy participando en una innovación financiera, o estoy pagando por la libertad financiera de otro?
Cuando el dinero empieza a contar historias, lo que más necesitas no es FOMO (miedo a quedarse fuera), sino la capacidad de pensar con frialdad.