El cobre acaba de alcanzar un máximo histórico y la subida parece tener recorrido. Una importante institución financiera prevé un mayor potencial alcista, citando fundamentos que no pueden ignorarse: concretamente, una ecuación de oferta y demanda cada vez más ajustada que lleva meses gestándose. La demanda industrial sigue creciendo mientras que la producción tiene dificultades para mantenerse al ritmo. Para quienes siguen las señales macroeconómicas, el movimiento de este metal suele anticipar un sentimiento de mayor apetito por el riesgo en los mercados en general. Será interesante observar cómo evoluciona este escenario en paralelo con los activos digitales, especialmente ahora que vuelven a cobrar fuerza las narrativas sobre infraestructuras.