Las tensiones están aumentando en Sudamérica a medida que el liderazgo de Venezuela lanza advertencias sobre el incremento de la actividad militar estadounidense en la región. Según declaraciones desde Caracas, los movimientos de tropas no son simples ejercicios rutinarios, sino que supuestamente forman parte de una estrategia más amplia dirigida a las enormes reservas de petróleo del país.

Esto tiene relevancia más allá de los titulares. Venezuela posee algunos de los mayores yacimientos probados de petróleo del mundo, y cualquier demostración militar allí provoca sacudidas en los mercados energéticos. La volatilidad en los precios del crudo suele desencadenar movimientos hacia activos refugio tradicionales, pero también afecta al apetito por el riesgo en los mercados de criptomonedas.

Históricamente, el estrés geopolítico en regiones productoras de petróleo ha estado correlacionado con un aumento del interés en los activos descentralizados como cobertura frente a shocks de suministro e inestabilidad monetaria. Independientemente de si estas acusaciones tienen fundamento o no, la propia retórica indica un deterioro en las relaciones entre EEUU y Venezuela, algo que los inversores deberían vigilar como parte del panorama macroeconómico más amplio que influye tanto en los flujos de materias primas como en los de activos digitales.