Los mercados cripto sufrieron un duro golpe este otoño—no es ninguna sorpresa. La volatilidad ha sido la tónica habitual, y muchas carteras han sentido el impacto. Ahora la verdadera pregunta: ¿nos espera un invierno aún más duro?

Los patrones estacionales importan más de lo que la gente cree. Históricamente, el cuarto trimestre trae grandes oscilaciones, pero los meses de invierno... pueden ir en ambas direcciones. Algunos años traen caídas brutales, otros sorprenden con rallies de recuperación. Lo que cambia esta vez es el contexto macroeconómico: liquidez más ajustada, incertidumbre regulatoria aún presente y los actores institucionales permanecen al margen.

La caída de otoño no fue aleatoria. Se liquidaron posiciones sobreapalancadas, el impulso se desvaneció y el sentimiento se volvió negativo rápidamente. Si el invierno trae capitulación o consolidación dependerá de varios factores clave: la capacidad de Bitcoin para mantener niveles de soporte críticos, la resiliencia de las altcoins y si surge algún catalizador que cambie la narrativa.

Una cosa está clara: los traders harían bien en abrocharse el cinturón. El invierno en cripto rara vez carece de drama.