Los legisladores estadounidenses se encuentran en una situación difícil en este momento. Están tratando de elaborar leyes que protejan a los menores de contenido dañino en plataformas sociales, pero aquí está el problema: cada propuesta parece chocar con las protecciones de la Primera Enmienda. Es un dilema clásico: ¿cómo regular sin cruzar la frontera de la censura? Algunos argumentan que los sistemas de verificación de edad podrían funcionar, mientras que otros temen que eso sea solo vigilancia disfrazada de seguridad. Mientras tanto, los protocolos sociales descentralizados están observando esto de cerca, ya que las regulaciones que surjan podrían remodelar la forma en que operan las plataformas. La conversación es desordenada, sin respuestas fáciles. Proteger a los niños es importante, obviamente. Pero también lo es preservar el internet abierto que hemos construido. ¿Encontrar ese punto dulce? Ese es el verdadero desafío con el que los legisladores están luchando, y honestamente, aún no están logrando mucho progreso.