El líder de Gran Bretaña acaba de reafirmar un mantra familiar: mantener la confianza del mercado no es opcional, es la base de la estabilidad económica. El mensaje llega en un momento en que los responsables de políticas de todo el mundo lidian con un sentimiento inversor volátil y condiciones fiscales cada vez más restrictivas. La énfasis de Starmer refleja un reconocimiento más amplio de que la confianza de los mercados financieros puede hacer o deshacer los planes de recuperación. Sin esa confianza, los costos de endeudamiento aumentan, la inversión se seca y el crecimiento se estanca. Es un recordatorio de que en la economía interconectada de hoy, la percepción a menudo se mueve más rápido que la política.