La lección de aquel verano pasado aún me pone nervioso al recordarla. Después de una serie de operaciones, la cuenta se evaporó directamente más de 50,000 dólares. En ese momento, no quería rendirme y seguí aumentando la posición para intentar recuperarme, pero me hundí cada vez más, y al final fui liquidado y quedé en cero.

Después de eso, cambié por completo. El apalancamiento sigue igual, pero las posiciones se vuelven cada vez más conservadoras. Antes de cada orden, mis manos ti temblan: esto debe ser lo que llaman "PTSD de abrir órdenes". Sin embargo, no me rendí. Empecé a abrir posiciones pequeñas todos los días para practicar, haciendo pruebas con poco dinero, y poco a poco encontré la sensación.

Honestamente, aunque ya no hay emoción al jugar así, la cuenta finalmente ha comenzado a crecer de manera estable. A veces tengo suerte y duplico, a veces con diez dólares también puedo ganar unos cientos. Ahora lo tengo claro: esto de los contratos no es para arriesgar toda la casa, sino que hay que jugar como si fuera un juego, acumulando experiencia: ganar pequeñas cantidades de manera continua, sumando poco a poco.

¿No tienes capital? Entonces ahorra poco a poco. No afectes tu vida, no te desanimes, ese es el camino a largo plazo. Al fin y al cabo, el mercado siempre estará, pero si pierdes el capital, realmente se habrá ido.