Algo está cambiando fundamentalmente en la forma en que Estados Unidos aborda su economía. En los últimos doce meses, hemos visto cómo el antiguo manual—mercados libres, gobernanza de no intervención, esa clásica mentalidad laissez-faire—ha sido discretamente dejado de lado. ¿Política industrial? Ya no es un proyecto experimental secundario. Ahora es algo generalizado. Las barreras comerciales siguen apareciendo. La intervención estratégica en los mercados se ha convertido en la norma por defecto, en lugar de la excepción. El llamado "consenso de Washington" que dominó durante décadas se está reescribiendo en tiempo real, y esto no parece solo un giro temporal: parece ser la nueva normalidad.