Las redes de pago constituyen aproximadamente el 7% del panorama criptográfico, y están enfocadas en una cosa: mover dinero a través de fronteras sin complicaciones.

Piensa en $XRP, $TRX, $XLM, $LTC y $BCH. No son solo tokens; son infraestructura diseñada para velocidad y tarifas mínimas. Ya sea que estés enviando valor a través de continentes o liquidando transacciones en segundos, estas cadenas buscan hacer lo que los sistemas tradicionales no pueden: operar 24/7 con casi instantaneidad en la finalización.

¿La verdadera sorpresa? Compiten cara a cara con sistemas tradicionales como Swift y Western Union. Mientras los bancos tardan días y cobran tarifas elevadas por las transferencias transfronterizas, estas redes prometen lo contrario. Rápido. Barato. Sin fronteras. Esa es la propuesta, y en un mundo donde las remesas alcanzan cientos de miles de millones anualmente, las apuestas son enormes.

No se trata de reemplazar la fiat de la noche a la mañana, sino de ofrecer una alternativa que realmente funcione cuando las finanzas tradicionales no lo hacen.