En un reciente evento de alto perfil, el líder de EE. UU. destacó a Yasir Al-Rumayan, quien encabeza el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita.

¿El momento? Pura comedia de oro.

"Yasir está por aquí. Sabes, lo he visto cambiar su estilo— a veces tradicional, a veces occidental. No estoy seguro cuál, pero hombre, ¿ese look tradicional? Mucho más genial. Honestamente, yo usaría ese atuendo si pudiera llevarlo."

La multitud estalló. Al-Rumayan, cuyo fondo gestiona más de $700 mil millones y respalda todo, desde gigantes tecnológicos hasta plataformas emergentes de activos digitales, solo sonrió.

Es raro ver este nivel de sinceridad en eventos donde cada palabra suele ser revisada tres veces por los equipos de relaciones públicas. Pero ahí estaba: una opinión sin filtros sobre las elecciones de moda interculturales de alguien que definitivamente no es conocido por contenerse.

Para contexto: El PIF de Arabia Saudita ha estado expandiéndose agresivamente en los mercados globales, incluyendo posiciones estratégicas en infraestructura de blockchain y fintech. El propio Al-Rumayan forma parte de las juntas de importantes empresas internacionales.

Así que sí, cuando los jugadores de poder pueden bromear sobre thobes versus trajes, sabes que la relación es más profunda de lo que las declaraciones oficiales sugieren.