¿Recuerdas cuando la locura por los NFT alcanzó su punto máximo absoluto? El artista británico Damien Hirst soltó 10,000 acuñaciones a $2,000 cada una. ¿El giro? Los coleccionistas enfrentaron una elección: mantener el token digital o quemarlo por la obra de arte física. Esa decisión por sí sola desató un interminable debate sobre el valor digital frente al tangible. Toda la colección se movió rápidamente durante el auge, generando una cantidad seria de dinero. Avancemos hasta hoy, y esos tokens cuentan una historia diferente sobre los ciclos del mercado. Algunos mantuvieron lo digital. Otros optaron por lo físico. De cualquier manera, se convirtió en un experimento fascinante sobre lo que las personas realmente valoran cuando la locura se enfría.