Nacimos en un raro fragmento de la historia. Una época donde el futuro finalmente se ha hecho visible, pero aún se encuentra más allá de la duración de nuestras propias vidas.
Podemos sentir las transformaciones que remodelarán nuestra especie, pero estamos justo fuera del umbral, lo suficientemente cerca para sentir su calor, pero destinados a no cruzar.
Deseando tocar pero siempre fuera de alcance.
Estamos en una generación suspendida en la puerta: nuestra imaginación supera nuestra biología, nuestra comprensión alcanza más lejos de lo que nuestros años permitirían. El mundo que nos espera brilla en el horizonte, familiar pero inalcanzable, como un recuerdo de una vida que no hemos vivido.
Quizás ese sea nuestro propósito silencioso, ser testigos de la primera luz de una nueva era, empujar la frontera hacia afuera y sentar las bases para futuros que podemos vislumbrar claramente pero que nunca llegaremos a habitar por completo.
Soñar no por nosotros mismos, sino por aquellos que un día llamarán hogar a nuestros lejanos horizontes.
El polvo de retorno es nuestro destino.
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Nacimos en un raro fragmento de la historia. Una época donde el futuro finalmente se ha hecho visible, pero aún se encuentra más allá de la duración de nuestras propias vidas.
Podemos sentir las transformaciones que remodelarán nuestra especie, pero estamos justo fuera del umbral, lo suficientemente cerca para sentir su calor, pero destinados a no cruzar.
Deseando tocar pero siempre fuera de alcance.
Estamos en una generación suspendida en la puerta: nuestra imaginación supera nuestra biología, nuestra comprensión alcanza más lejos de lo que nuestros años permitirían. El mundo que nos espera brilla en el horizonte, familiar pero inalcanzable, como un recuerdo de una vida que no hemos vivido.
Quizás ese sea nuestro propósito silencioso, ser testigos de la primera luz de una nueva era, empujar la frontera hacia afuera y sentar las bases para futuros que podemos vislumbrar claramente pero que nunca llegaremos a habitar por completo.
Soñar no por nosotros mismos, sino por aquellos que un día llamarán hogar a nuestros lejanos horizontes.
El polvo de retorno es nuestro destino.