Las personas que se sienten irritadas al escuchar hablar a sus padres no son desconsideradas. Si te encuentras en esta situación y sientes una irritación inexplicable al oír a tus padres, pero por lo general eres bastante paciente, es solo que no puedes controlar tu temperamento con ellos, siempre sientes una ira inexplicable. En realidad, esto es una reacción de emergencia después de la fricción en el núcleo familiar. En la mayoría de los casos, cuando eras niño, la comunicación con tus padres no recibía retroalimentación positiva. Cada vez que ellos decían algo, había un toque de negación, sarcasmo, y menosprecio hacia tu mente. Para no seguir sufriendo este tipo de tortura mental, adoptas una actitud defensiva y agresiva de forma inconsciente. Esto es un mecanismo de defensa. Bajo un patrón de comunicación que te ha reprimido por tanto tiempo, sientes una profunda impotencia, lo que te hace más propenso a la ansiedad, sensibilidad y baja autoestima. Esto lleva a que al crecer, experimentes una irritación instintiva hacia tus padres, no quieras contactarlos, ni siquiera contestar llamadas, y prefieras leer los mensajes de voz como texto. Por lo tanto, no pienses que aquellos que odian a sus padres son desconsiderados o de mal temperamento. No puedes aconsejar a otros sin haber experimentado su sufrimiento. Debes saber que un niño que no ha sido amado con sinceridad ha hecho todo lo posible para no convertirse en alguien torcido. Es impresionante que otros lleguen a la cima de la montaña, pero tú, que lograste subir desde el fondo del valle hasta media montaña, mereces aún más aplausos.
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Las personas que se sienten irritadas al escuchar hablar a sus padres no son desconsideradas. Si te encuentras en esta situación y sientes una irritación inexplicable al oír a tus padres, pero por lo general eres bastante paciente, es solo que no puedes controlar tu temperamento con ellos, siempre sientes una ira inexplicable. En realidad, esto es una reacción de emergencia después de la fricción en el núcleo familiar. En la mayoría de los casos, cuando eras niño, la comunicación con tus padres no recibía retroalimentación positiva. Cada vez que ellos decían algo, había un toque de negación, sarcasmo, y menosprecio hacia tu mente. Para no seguir sufriendo este tipo de tortura mental, adoptas una actitud defensiva y agresiva de forma inconsciente. Esto es un mecanismo de defensa. Bajo un patrón de comunicación que te ha reprimido por tanto tiempo, sientes una profunda impotencia, lo que te hace más propenso a la ansiedad, sensibilidad y baja autoestima. Esto lleva a que al crecer, experimentes una irritación instintiva hacia tus padres, no quieras contactarlos, ni siquiera contestar llamadas, y prefieras leer los mensajes de voz como texto. Por lo tanto, no pienses que aquellos que odian a sus padres son desconsiderados o de mal temperamento. No puedes aconsejar a otros sin haber experimentado su sufrimiento. Debes saber que un niño que no ha sido amado con sinceridad ha hecho todo lo posible para no convertirse en alguien torcido. Es impresionante que otros lleguen a la cima de la montaña, pero tú, que lograste subir desde el fondo del valle hasta media montaña, mereces aún más aplausos.