El oro al contado se disparó hasta los 4.060 dólares por onza en la sesión matinal del lunes, estableciendo un nuevo máximo histórico. Por la tarde, el precio siguió al alza, superando los 4.070 dólares y marcando récords sucesivos durante toda la jornada.
La plata al contado protagonizó una subida aún más intensa, con un avance superior al 3,3 % al cierre de esta edición y cotizando a 51,63 dólares por onza. El histórico short squeeze en el mercado de Londres se intensifica y sigue empujando la plata cerca del nivel de los 52 dólares. Platino y paladio también registraron notables subidas.
Los operadores se mantuvieron en máxima alerta ante la inminente publicación por parte del Gobierno estadounidense de los resultados de su investigación bajo la Sección 232 sobre minerales críticos, que incluye la plata, el platino y el paladio. La tensión en el mercado ha aumentado ante el temor de nuevos aranceles sobre estos metales, especialmente tras la fuerte caída de los inventarios disponibles en Londres. Esto está contribuyendo al actual short squeeze de la plata.
Los mercados financieros registraron una volatilidad notable tras la apertura del lunes. Con la ansiedad algo atenuada, la apertura de los mercados fue a las 22:00 (UTC). El oro al contado osciló casi 40 dólares, descendiendo puntualmente por debajo de los 4.000 dólares por onza antes de repuntar con fuerza. Los futuros de cobre en Nueva York subieron más de un 2 % en algún momento. Los futuros de crudo WTI y Brent avanzaron casi un 3 %. Los futuros de los índices bursátiles estadounidenses remontaron, con el Nasdaq 100 ganando más de un 1 %. Bitcoin saltó casi 1.000 dólares a corto plazo, mientras los activos refugio como el yen se debilitaron y el dólar se fortaleció.
El viernes, una publicación en redes sociales de Trump eliminó 2 billones de dólares del valor del mercado bursátil estadounidense, provocando una caída del 2,7 % en el S&P 500 Index, su peor jornada desde principios de abril. Este episodio evidencia el impacto persistente de la política comercial agresiva de Trump en la economía mundial.
Las caídas pronunciadas en activos de riesgo han sido muy poco habituales últimamente. Esto podría indicar cierta disonancia en la reacción del mercado ante las tensiones comerciales. Desde la corrección provocada por los aranceles en abril, el S&P 500 ha subido impulsado por el optimismo sobre la inteligencia artificial y las expectativas de recortes de tipos de la Reserva Federal. El índice se sitúa ahora cerca de un máximo de 25 años, con apenas margen de seguridad ante posibles adversidades.
Michael O’Rourke, de JonesTrading, señaló: “Durante el verano, el optimismo en la bolsa estadounidense ha superado con creces a la cautela, y una excesiva complacencia ha dejado a los inversores expuestos. Una corrección podría ser mucho más contundente.”
Chris Zaccarelli, de Northlight Asset Management, apunta que octubre es históricamente uno de los meses más volátiles, y que la esperada corrección ya ha llegado. “Podríamos ver aún más volatilidad en las próximas semanas, pero si la economía no se resiente realmente, los mercados deberían recuperarse a finales de año y quienes compraron durante la caída de octubre podrían verse recompensados antes de que termine el año.”
Mark Newton, de Fundstrat Global Advisors, comenta: “Independientemente de si el S&P 500 rebota hasta los 6.800 esta semana, creo que el deterioro del viernes pasado debilitó aún más la amplitud y el impulso, lo que podría precipitar una corrección otoñal.” El índice cerró el viernes en 6.552,51. También subraya la importancia de mantenerse alerta, dado que la volatilidad inter-mercados ha comenzado y podría prolongarse hasta el mes que viene.
En cualquier caso, las declaraciones de Trump y del vicepresidente Vance durante el fin de semana indican que intentan calmar los mercados y tranquilizar a los inversores, asegurando que la escalada no es inevitable. El tono de Trump fue mucho más moderado, garantizando que todo saldrá bien.
Anna Wu, estratega cross-asset en Van Eck Associates Corp., afirma: “Esto no se parece a lo ocurrido en abril, ya que el mercado ha absorbido parte de las condiciones de sobreventa del viernes y se ha recuperado desde los mínimos.”
Michael Hirson y Houze Song, de 22V Research, señalan: “Estamos en un momento extremadamente arriesgado para las cadenas de suministro globales —incluidas las que alimentan la IA—, pero lo importante es que ninguna de las partes ha materializado todavía sus amenazas. Aún queda margen para el acuerdo, y Trump afrontaría serios riesgos políticos si las cumple.”
Pese al rebote de los activos de riesgo el lunes, el repunte del oro continuó. Los operadores siguen atentos a posibles señales de reapertura del Gobierno estadounidense y a datos que puedan influir en la política de la Reserva Federal.
Kyle Rodda, analista en Capital.com, comenta: “La turbulencia comercial puede calmarse, pero nunca desaparece del todo. Esto es positivo para el oro.”
Según Fxempire, la tendencia técnica principal del oro sigue siendo claramente alcista. El cierre del viernes mantuvo los precios muy por encima de los soportes en 3.939,38 y 3.888,43 dólares. El impulso permanece fuerte mientras no se pierda el nivel de 3.819,42 dólares, lo que marcaría un giro bajista a corto plazo. En zona de máximos históricos, el oro no presenta resistencias tradicionales por encima de los precios actuales; los niveles psicológicos de 4.100 y 4.200 dólares serán los siguientes objetivos alcistas. Por abajo, la media móvil de 50 días en 3.592,82 dólares representa el soporte más fiable ahora mismo.
Michael Hartnett, de Bank of America, escribe: “La historia no puede predecir el futuro. En los últimos cuatro mercados alcistas, el oro ha promediado una revalorización del 300 % en 43 meses. Esto sugiere que los precios podrían alcanzar los 6.000 dólares la próxima primavera.”