La computación cuántica suena como algo sacado de una película de ciencia ficción, pero poco a poco se está convirtiendo en un fenómeno del mundo real. En el corazón de esta revolución tecnológica se encuentra el qubit, una versión cuántica del bit clásico. Si bien los qubits prometen un poder de computación asombroso, también han provocado serias discusiones sobre su impacto potencial en criptomonedas como Bitcoin y Ethereum.
Un qubit (abreviatura de bit cuántico) es la unidad básica de información en una computadora cuántica. A diferencia de un bit regular que puede ser 0 o 1, un qubit puede ser ambos al mismo tiempo, gracias a un principio cuántico llamado superposición. Esto permite que las computadoras cuánticas procesen enormes cantidades de datos en paralelo.
Imagina abrir simultáneamente 100 billeteras de criptomonedas bloqueadas: las computadoras clásicas lo harían una por una, pero las máquinas cuánticas podrían intentarlo todo a la vez. Por eso se las ve como poderosas, pero potencialmente peligrosas, cuando se trata de seguridad digital.
Las criptomonedas dependen de algo llamado criptografía de clave pública, que garantiza que la dirección de tu billetera sea visible, pero tu clave privada (necesaria para acceder a ella) no lo es. Los ordenadores cuánticos podrían, en teoría, romper esta criptografía al resolver problemas matemáticos complejos que a los superordenadores actuales les llevaría años, en solo segundos.
Aquí es donde comienza la preocupación:
Pero no entres en pánico todavía; no va a suceder mañana.
¿En teoría? Sí. ¿En la práctica? No realmente… al menos aún no.
Las computadoras cuánticas hoy en día aún son experimentales, ruidosas e inestables. Para descifrar una billetera de Bitcoin, una máquina cuántica necesitaría millones de qubits estables. En este momento, las computadoras cuánticas más avanzadas están operando con menos de 100.
Eso significa que tu cripto está a salvo por ahora, pero la carrera ha comenzado. Los desarrolladores de blockchain ya están trabajando en criptografía resistente a la computación cuántica para proteger las monedas y protocolos del futuro.