El lanzamiento del token MON de Monad constituye un caso paradigmático sobre los retos de estrenar criptoactivos, proporcionando conclusiones clave acerca de la dinámica actual del mercado blockchain. Al activarse la mainnet de Monad, el token MON se vio afectado por dificultades inmediatas que sorprendieron a gran parte de la comunidad Web3. El token experimentó una caída del 15 % en su precio poco después del debut de la mainnet, lo que evidencia una acogida inicial débil, incluso contando con amplio respaldo institucional y una preparación meticulosa. Este resultado contrasta claramente con las expectativas optimistas generadas alrededor de la infraestructura de capa 1 compatible con Ethereum del proyecto, presentada como respuesta al trilema blockchain gracias a sus bajas comisiones y su capacidad de escalabilidad descentralizada.
El comportamiento de negociación durante las horas clave iniciales arrojó una imagen preocupante para la evolución de Monad. En los primeros 100 minutos de cotización, MON movió únicamente 50 millones de dólares en volumen, una cifra muy por debajo de lo habitual en lanzamientos de tokens de capa 1. Esta escasa actividad reflejó una demanda inferior a las previsiones y planteó dudas sobre el interés real del mercado por el token, a pesar de los argumentos técnicos de Monad y el interés de los desarrolladores. El bajo volumen dificultó la formación de precios y dejó a los compradores tempranos y beneficiarios del airdrop en una posición desfavorable para liquidar. La depreciación inmediata del precio, sumada a la limitada liquidez, propició un entorno adverso donde no se generó el impulso comprador esperado. La presión vendedora por parte de los beneficiarios del airdrop —230 000 usuarios que recibieron el 3,3 % del suministro total— intensificó la debilidad al coincidir con un punto de entrada poco propicio. La confluencia de todos estos factores durante el periodo crítico de lanzamiento marcó una tendencia negativa en el sentimiento de mercado que solo logros operativos destacados o un giro en las condiciones generales podrían revertir.
La evolución de la venta de tokens antes del lanzamiento de la mainnet anticipó la tibia acogida del mercado. La venta pública del token de Monad en una plataforma principal pretendía recaudar 187 millones de dólares, pero se encontró con una curva de financiación muy irregular que reveló limitaciones en la demanda. El arranque fue enérgico: los primeros 23 minutos atrajeron 43 millones de dólares, ya que los primeros participantes se apresuraron a asegurar sus asignaciones. Sin embargo, ese impulso decayó rápidamente, alcanzando solo el 45 % del objetivo al cabo de seis horas, dejando más de 100 millones de dólares en tokens sin vender justo en el periodo de mayor interés esperado.
| Periodo | Importe recaudado | Estado del objetivo | Volumen de negociación |
|---|---|---|---|
| Primeros 23 minutos | 43 millones de dólares | Impulso inicial | N/D |
| Primeras 6 horas | ~90 millones de dólares | 45 % del objetivo | N/D |
| Primeros 100 minutos (negociación) | N/D | N/D | 50 millones de dólares |
| Total final de la venta | 269 millones de dólares | 144 % del objetivo | Descenso del volumen |
Este patrón de financiación desigual evidenció la cautela de los participantes minoristas, aunque la venta terminó sobresuscribiéndose hasta 269 millones de dólares tras ampliarse los plazos y probablemente con la intervención de inversores institucionales. La debilidad inicial en las horas de mayor interés sugiere que la percepción del mercado sobre la economía del token de Monad, su posicionamiento competitivo o el clima general del mercado cripto moderaron el entusiasmo. Los 85 820 participantes finales reflejan una participación minorista relevante, pero su compra distribuida, en lugar de una convicción concentrada al comienzo, muestra una adopción prudente más que apasionada. El contexto del mercado cripto en noviembre de 2025 incluía factores adversos que afectaban a activos como Ethereum, Bitcoin y Solana, enfriando el apetito por el riesgo y restando atractivo a la compra especulativa de tokens. Este entorno macroeconómico se sumó a factores propios de Monad, como el hecho de que el 50,6 % del suministro de tokens permanecerá bloqueado hasta 2029, generando inquietudes sobre la oferta circulante real y los riesgos de dilución a largo plazo que los inversores racionales tuvieron en cuenta en sus valoraciones.
El análisis del debut del token de Monad revela varios problemas estructurales que contribuyeron a su débil inicio. En primer lugar, el mercado mostró un escepticismo notable respecto a la dinámica de suministro y la alineación de incentivos de los fundadores. Con más de la mitad del suministro bloqueado durante años, los compradores iniciales se preguntaron si había suficiente oferta circulante para permitir una negociación sana y una formación de precios adecuada. La concentración de la captación inicial —43 millones de dólares en solo 23 minutos— agotó la demanda minorista inmediata, mientras que la prolongación posterior reflejó que muchos esperaban mejores condiciones de entrada que nunca llegaron a materializarse.
En segundo lugar, las dificultades observadas en el lanzamiento del proyecto web3 de Monad reflejan una maduración del mercado, que ha evolucionado de los estrenos de tokens basados en narrativa a una evaluación centrada en los fundamentos. La ambiciosa propuesta técnica como capa 1 compatible con Ethereum no logró disipar las dudas sobre su diferenciación en un mercado de infraestructura saturado. Ahora los participantes valoran las redes de capa 1 por su adopción real entre desarrolladores, el rendimiento efectivo y la actividad económica genuina, más allá de promesas o especificaciones en el whitepaper. El fuerte respaldo institucional, con capital relevante de fondos de venture capital, no se tradujo en entusiasmo minorista, lo que revela una desconexión entre la convicción interna y la validación externa.
En tercer lugar, el exceso de oferta derivado del airdrop generó una presión vendedora inmediata. Cuando 230 000 nuevos beneficiarios recibieron tokens a la vez en plena debilidad del mercado, los actores racionales tendieron a liquidar sus posiciones, ya fuera para asegurar ganancias respecto al precio de lanzamiento o para redirigir capital hacia opciones más atractivas. La concentración temporal de la distribución del airdrop, coincidiendo con el mal momento del mercado y el pobre estreno de MON, intensificó estos incentivos. A diferencia de proyectos que escalonan la distribución o aplican bloqueos a los beneficiarios del airdrop, la estrategia de Monad generó un perfil clásico de pump-and-dump, donde los primeros compradores sufrieron la presión de ventas predecibles por parte de tenedores menos comprometidos.
El débil arranque de Monad deja varias implicaciones clave que los actores del ecosistema blockchain deben asimilar. El comportamiento del token MON demuestra que los proyectos de infraestructura no pueden apoyarse solo en la superioridad técnica ni en el respaldo de venture capital para garantizar lanzamientos exitosos. El mercado ahora analiza con lupa la economía del token, los calendarios de suministro y la alineación de incentivos antes de comprometer capital. Los nuevos proyectos deben anticipar que los participantes más sofisticados examinarán la oferta circulante frente al suministro bloqueado, los calendarios de vesting para equipo e instituciones y los mecanismos que aseguren una base de holders sostenible, evitando burbujas especulativas vulnerables a la presión vendedora de los airdrops.
El impacto en el sentimiento del mercado cripto va más allá de Monad y afecta a otros desarrollos de capa 1 y capa 2. Un debut débil de un proyecto con recursos y respaldo institucional marca que los estándares de éxito en lanzamientos de tokens se han elevado de forma significativa. Los proyectos más pequeños o con menor capitalización deben prepararse para un escrutinio aún mayor y para menos tolerancia ante debilidades en la negociación o falta de transparencia sobre el suministro. La lección es clara: las ventas de tokens exitosas en startups blockchain requieren no solo captar fondos, sino mantener una demanda real entre minoristas y desarrolladores, criterio que distingue los proyectos con verdadero potencial de los que buscan únicamente levantar capital.
Las conclusiones estructurales afectan también a las plataformas de intercambio que facilitan estos lanzamientos. La concentración de volumen en las primeras horas, junto a un rápido deterioro, revela problemas de microestructura de mercado donde una liquidez insuficiente genera bucles de debilidad en vez de una formación sana de precios. Los próximos lanzamientos de tokens pueden optar por incluir market makers designados, escalonar la provisión de liquidez o implementar mecanismos alternativos de distribución para evitar fuertes caídas como la de Monad. Los proyectos que se apoyan en la infraestructura y asesoría de Gate han accedido a servicios avanzados de market-making y consultoría de listing, lo que les posiciona para evitar problemas similares en el día de lanzamiento.
La realidad esencial persiste: para que un lanzamiento de tokens sea exitoso, debe existir una alineación real entre el logro técnico, la demanda de mercado, una gestión adecuada del suministro y unas condiciones macroeconómicas favorables. La experiencia de Monad —que logró sobresuscripción a pesar de una negociación inicial débil y del deterioro a corto plazo— demuestra que la narrativa pesa menos que los fundamentos. Los 269 millones de dólares recaudados superaron el objetivo, pero el bajo volumen y la caída de precios en el debut reflejaron una señal de mercado mucho más precisa que el saldo final de la captación. Los desarrolladores e inversores Web3 deben dar prioridad a los indicadores de negociación a corto plazo y al sentimiento de mercado al valorar el éxito de un lanzamiento de token, pues son los que realmente reflejan la probabilidad de adopción y uso frente a los compromisos anunciados.
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